Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 9 de noviembre de 2014

LA AFRANCESADA (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Para  Keila Paho
Por  su  simpatía

Don Paco  sólo  tiene  de  francés  el  pan  que  vende
Oído  en  la  Colonia Guerrero

A partir de la segunda mitad del Siglo XIX, algunos mexicanos sobre todo de clase media y alta; han adoptado las costumbres y cultura de otros países.

De esta manera:

Hablan, se comportan y actúan

como si fueran ciudadanos de esas naciones.

Históricamente a los que más se imita son:

Estados Unidos, Francia y Alemania

Keila Pahola Estañol Díaz desde la secundaria tenía fama de “Afrancesada”, porque un día una compañera de salón al verla pegar unas estampas exclamó:

“¡Uy sí, miren a la Keila muy afrancesada!”

Como no entendió el sentido de la frase no le hizo caso y es más. “Tiró de a lurias” a su camarada y continuó pegando las estampas en el álbum que coleccionaba.

Como no entendió el sentido de la frase no le hizo caso y es más. “Tiró de a lurias” a su camarada y continuó pegando las estampas en el álbum que coleccionaba.

El problema vino un año después, porque se quedó en la misma escuela a estudiar la preparatoria; la cual por cierto era sólo para mujeres; muchas chicas al verla, le hacían referencia al comentario.

Ya sea con una palabra, gesto o actitud, le recordaban que para ellas; seguía haciendo:

Keila Paho “La afrancesada”

Como ya estaba alcanzando tintes de “bullying”; se puso a revisar todo lo que hacía y hasta cómo hablaba, para tratar de encontrar el porqué del absurdo apodo-adjetvo.

Durante un mes hizo literalmente un “Examen de conciencia” y no halló absolutamente nada de francés en su forma de ser, hablar, actuar  y tampoco pensar.

Cuando estaba a punto de darse por vencida y prepararse para poner “oídos sordos” a cualquier insinuación a todo lo francés y “mandarlas directamente al diablo”:

Soltó una estruendosa carcajada y por fin comprendió que a ella:

Keila Paho Estañol Díaz

le decían “La Afrancesada”, porque en la secundaria coleccionaba un álbum de fotos de:

“La Francesita” Angelique Boyer.

El Portón Plaza Eduardo Molina
17:35  -  18:35 p.m.
8/XI/2014

2 comentarios:

Unknown dijo...

JAJAJAJA ASI ES LOS APODOS NOS LOS GANAMOS POR LAS PERSONAS QUE ADMIRAOS O SOMOS FANS... BUEN CUENTO CASI REAL CABALLERO YO LO VIVI PERO CON OTRA ARTISTA

martukish dijo...

jajajaja claro... jajajaja históricamente las historias de los apodos son hilarantes y son absurdas, muchas veces no tienen nada que ver con nada de tu vida, de tu persona o incluso de tu personalidad jajajajaja muy bueno!