Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 3 de febrero de 2019

LA GRADUACIÓN (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Para Lucina
En donde quiera que se encuentre

Lo malo de las preguntas: no es que desconozcas las respuestas:
Sino que las conozcas
Oído en la Suprema Corte de Justicia


Con 15 hijos y cientos de trabajos a cuestas, Lucina López todavía se daba tiempo de escribir y divertirse por toda la Ciudad de México y balnearios circunvecinos.

De edad indeterminada muy a  la Gabriel García Márquez rondaba los 60 años, aunque no se consideraba aun como una adulta en plenitud y mucho menos miembro activo del INSEN.

Lo único que le empezaba a fallar, debido sobre todo a su afición por la costura, era la vista. Si fuera hombre bien podría desempeñarse como árbitro de fútbol, porque cada día veía menos.

Para “echarse porras” ella misma decía:

“Algo tenía que comenzarme a no funcionarme bien, después de tanto trajin”

Pero resultaba bastante obvio que sus ojos estaban cansándose de tanto observar pasar la vida, crecer a sus hijos y nacer a sus nietos que cada año eran más.

Uno de sus vástagos, medio en broma y medio en serio le dijo:

-Tienes que ir al oculista o salir acompañada a la calle

-Tienes que ir al oculista o salir acompañada a la calle
         
Con su tranquilidad característica Lucina contestó:

-Gracias por preocuparte, pero no estoy ciega y mucho menos inútil

Él sin embargo, insistió:

Ya lo sé, pero necesitas otra graduación

Se aguantó la risa, para señalar:

-Ahora hasta especialista me saliste

Antes de despedirse de su madre; puntualizó:

-No me vayas a decir luego que no te lo advertí

A pesar de no reconocerlo ante su hijo, se vio con detenimiento al espejo: quitándose y poniéndose un par de ocasiones los lentes y comprobar su “ceguera”

Cinco minutos más tarde llegó a la conclusión: que si bien su visión era un poco más borrosa que de costumbre, no se trataba de nada serio o irreversible de qué preocuparse.

Quizá no hubiera visitado al oculista en mucho tiempo; de no ser que un día en uno de sus habituales viajes en el metro; al ir de pie y con la mano estirada para tratar de agarrarse del tubo; una señora le dijo a:

Lucina López:

“Tenga buena mujer”

Poniéndole cinco pesos en la mano derecha.

McDonald´s San Juan de Aragón
17:00 -18:00 p.m.
2/II/2019

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