Para
Oscarola
Brindemos
que para cuando nos vaya mal; nos vaya como esta tarde
Oído en una banda de asalta bancos
El
siguiente cuento está basado en una historia real que ocurrió hace un poco más
10 años. Los nombres y apodos que aparecen en él son verídicos. Corre y se va:
Desde
hace tiempo Oscar Alejandro Alarcón Bernal y su tío Tatis tenían planeado ir al
Estadio azteca para ver un partido entre los equipos Atlante y América
Esta
oportunidad se les presentó el domingo 21 de septiembre del 2008, cuando: “Los
Potros de Hierro” ahora de Cancún, visitaron la Ciudad de México.
Oscarola,
aunque era un excelente muchacho, tenía sus gustos futbolísticos desviados y
por extrañas razones, que no pasaban por la herencia familiar, le iba al
América.
Con
una temporada y media muy mala, asistir al Azteca para verlos jugar, se estaba
convirtiendo en un suplicio para sus seguidores, porque la posibilidad de un
triunfo resultaba mínima.
A
pesar de los augurios de otra derrota americanista, los deseos de ir del
sobrino continuaban intactos y el sábado en la noche le preguntó a su tío:
-¿Sigue
en pie la ida al estadio?
-Sí
Al
recibir una respuesta afirmativa se puso muy contento como si fuera un niño y
con esa misma felicidad se fue a dormir para estar listo para el gran día.
Se
encontraron en el metro Jamaica porque Oscarola se fue con su papá a desayunar
a Texcoco. Iban con buen tiempo. Eran las 15 horas y el partido empezaba en dos
horas más.
Ambos
pensaban que si no lleno, habría una entrada de por lo menos 60 mil
espectadores, 40 del América y 20 del Atlante, pero para su sorpresa, al
ingresar al estadio se dieron cuenta había sólo como 30 mil y la mitad eran
atlantistas.
Compraron
dos boletos de plateas y quedaron sentados casi en la “yarda 50”, como decían
los clásicos, por lo que pudieron observar el juego en todo su esplendor.
El
primer tiempo terminó 0-0 y el accionar de los jugadores (a excepción de los
porteros) fue de regular a malo por lo que salieron abucheados por el público.
En
el segundo tiempo las cosas se compusieron porque hubo tres goles, pero el
presagio se cumplió para desgracia de Oscar y el Atlante ganó dos tantos a uno.
Tatis
le había prometido que sin importar el resultado, lo invitaría a censar al
Vips. Estuvieron en el de “Asturias” y después de comer, tomar café y platicar
por alrededor de dos horas se regresaron a su casa.
Entrada
la noche cuando hacían algo en la computadora, la mamá de Oscarola les
preguntó:
-¿Cómo
les fue?
Sin ponerse de acuerdo:
Oscar
Alejandro Alarcón Bernal y su tío Tatis contestaron al mismo tiempo:
-Mal
-Bien.
McDonald´s
San Juan de Aragón
17:00
– 18:00 p.m.
22/XII/2018
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