Para
Oscarola
-¡Está
temblando!
-No
abuelo, es tu Parkinson
Oído en La Roma
En
los dos últimos meses (Abril y mayo), la tierra o el subsuelo, nos volvieron a
recordar que México, en especial el Distrito Federal, está ubicado en una zona
sísmica.
Los
que parece que tampoco quieren que lo olvidemos, son los Medios de
Comunicación, porque hacen transmisiones especiales, de temblores de menos de
seis grados en los cuales no sucede nada.
Se
está llegando a tanto, que en el antiguo Canal 4, hoy “Foro_TV” que es de
noticias continuas, un día interrumpirán su programación normal, para
informarnos:
“Parece
que temblará en la Ciudad de México”
Oscar
Alejandro Alarcón Bernal pertenecía a la “Generación X Men” donde lo que manda
y predomina es la tecnología, en todos los aspectos de la vida.
Por tal motivo siempre estaba a la vanguardia
con respecto a:
Celulares,
ipods, tabletas, laptops
y
casi lo último o más reciente que lanzaran al mercado las principales empresas
mundiales de ese ramo.
El
último “juguete” que agregó el también conocido como “Oscarola” era un
dispositivo, por el cual sonaría una alerta sísmica, la cual le anunciaría con
un minuto de anticipación, que temblaría.
De
esta manera se sentiría más seguro en caso de que sucediera un:
Por
supuesto al igual como sucede con los “Seguros de vida”, Oscar esperaba nunca
hacer uso de la alerta y que jamás sonara, al menos cuando estuviera en su casa
y:
“En
altas horas de la madrugada” (Abuela Sara dixit)
El
sábado 24 de mayo a las 3:23 de la mañana preocupado le dijo a su tío:
“Despierta
a mi mamá y dile que va a temblar”
Seguido por su sobrino, bajo las
escaleras, se dirigió al cuarto y le dijo a su hermana.
“Dice Oscarola que te levantes porque va a
temblar”
Oscar
Alejandro Alarcón Bernal esperó una reacción ráída y automática de su “Señora
Madre”, pero a cambio escuchó:
“¿Y
qué quiere que haga?”
El
Portón Plaza Eduardo molina
17:20 - 18:20
p.m.
24/V/2014
1 comentario:
Jajajajajajaa, excelente el remate no cabe duda de que ante los fenómenos naturales poco o nada podemos hacer, ahora sólo queda recordar que vivimos en el llamado círculo de fuego, que curiosamente, está unido a la falla de San Andrés, es decir vivimos en peligro constante, hasta yo que vivo en mi pueblo, no queda más que decir: "¡Qué Dios no agarre confesados!"
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