Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 9 de julio de 2017

LA MARLENE (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Para Marlene Kalb
Por su enigmática presencia

Estoy orgulloso de La Lupita
Oído en la Valle Gómez

Una costumbre muy mexicana que se nota más en barrios populares y en la llamada Clase media, sobre todo del “Otrora Distrito Federal”, es anteponerle el artículo o la palabra “La” cuando se refieren o preguntan por una muchacha.

Así cuando una mujer joven, no mayor de 25 años; que tenga un nombre “común” o en español, es normal que se refieran e ella como por ejemplo:

“La Lupita”

Originaria de la muy “chilanga” Colonia Roma Marlene Kalb; que por su tipo físico y su nombre en “La Alemanita” se empezó a dar cuenta de esta costumbre en sexto de primaria y no le agradaba nada.

También había notado que sólo se lo decían las mujeres y nunca o casi nunca a los hombres. Era bastante habitual que alguien en la escuela le preguntara:

“¿No has visto a la Teresa?”

y jamás:

“¿No has visto a el Ricardo?”

Cuando estaba en tercero de secundaria en el mismo colegio donde entró desde el jardín de niños; y más inteligente que el promedio de sus compañeros: Pensaba

“Lo bueno para mí es que yo me llamo Marlene, mi nombre es alemán y nunca me dirán:

Con un promedio de 10, como Nadia Comaneci En “Montreal 76”, su mamá le dijo empezara a ver lo de su certificado porque iba a estudiar la preparatoria en otra escuela.

Como era la única Marlene en toda la secundaria; desde conserje, hasta la orientadora y pasando por la directora; sabían que era sin  tener que decir sus apellidos.

El viernes 7 de julio a las 11:00 fue a la dirección a preguntarle  a la directora:

-Buenos días Licenciada ¿Ya estará listo mi documento?

-Buenos días. Déjame preguntarle a mi secretaria

Marlene Kalb

Fijo sus impresionantes ojos azules en la directora y la escuchó muy claramente peguntar:

“¿Ya está listo el certificado de La Marlene?”

Sala de mi casa
22:3023:30 p.m.
         8/VII/2017

1 comentario:

Unknown dijo...

Jajaja nadie se salva de los modismos mexicanos