Para Sara Granados Esparza
La
Vecina más bella del
mundo
“Hijo ya te dije que las granadas
no se comen, se tiran”
Oído
en Siria
Después de los
atentados del viernes 13 de noviembre en París; de nueva cuenta la psicosis se
apoderó del llamado “Mundo occidental”, sobre todo Europa y Estados Unidos.
Según muchos especialistas (La Abuela
Sara les dice “Internacionalistas”) más que los muertos que provoquen al
instante, lo que reamente buscan es el miedo y la inseguridad que provocan sus
actos en los habitantes y sus gobernantes.
Por tal motivo cualquier amenaza de bomba en:
Edificios, estadios, aeropuertos,
escuelas…
Que en “Tiempos
de paz”, no se tomarían tan en serio, después de un ataque terroristas de esta
magnitud, estas amenazas se vuelven una cuestión de máxima seguridad de Estado.
También países y
ciudades como México que jamás tendrán un atentado de ese tipo; también elevó
sus niveles de seguridad. En ese contexto; llego a la capital Sara Granados
Esparza, proveniente de su natal: San Gaspar, Yucatán.
Venía a pasar el
“Fin de semana largo y de paso, visitar a unos tíos que se habían venido a
vivir al Distrito Federal, en particular en la colonia Condesa.
Se instaló en un
hotel del Centro y se registró en la recepción y como buena mexicana solo puso
su apellido paterno;
Granados
Subió a su
cuarto acompañado del “botones” que confundió su nombre con Granada y se le
veía le preocupación en su mirada, pero aún así se despidió amablemente de
ella.
Despreocupada
como era durmió a “pierna suelta” para irse el sábado 14 a mediodía a ver sus
tíos y sus primos. Se levantó de muy buen humor y se fue desayunar al
restaurante del hotel.
A las 11 de la
mañana cuando se disponía a salir para ver a sus parientes, le dijeron que
tenía que desalojar el inmueble, porque les habían avisado de una alerta de
bomba.
Como Sara no se quedaba callada le
preguntó al policía encargado del operativo:
-¿Una amenaza de
bomba en un hotel del Centro de la Ciudad de
México, me lo jura?
-Si, una granada
Al escuchar eso le “cayó el veinte” de
inmediato y soltó una sonora carcajada que desconcertó al oficial antes de
decirle:
“No hay ninguna
granada en el hotel; solo una Granados yo;
Sara Granados
Esparza”.
El Portón Plaza Eduardo Molina
18:00
- 19:00
p.m.
22/XI/2015
1 comentario:
Jajajajajaa Caballero, vaya granada en el hotel jajajaa buen cuento ingenioso
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