En la Ciudad de México es muy
fácil que una adolescente se pierda
Oído
en el Metro
De pronto la “industria” del secuestro
se volvió una de las más rentables y productivas en todo el país; sólo
comparable con el narcotráfico y el robo de automóviles.
Eso gracias a la
impunidad galopante en todos los estados de la República Mexicana, pero sobre
todo en el Distrito Federal y en el Estado de México; donde es común encontrar
a policías, agentes o es agentes judiciales como de jefes de las bandas.
Y hasta llegar
al colmo de atrapar a una organización delictiva dedicada al secuestro;
comandada por un Doctor en Derecho, que además era un reconocido profesor de
preparatoria.
Pero a pesar de
la extensión del delito; las víctimas propicias continuaban siendo las personas
de clase alta, por lo que Maribel Suárez Martínez, no se preocupaba por el
aumento de ellos.
Siempre decía
que una de las ventajas de pertenecer a la clase media; era que difícilmente
los delincuentes de ese rubro se fijaran en ella o alguien de su familia, para
cometer ese ilícito.
Estudiante de
Bachillerato en la Preparatoria “Wendy González Salinas”, ubicada en la colonia
Roma, Maribel se distinguía por hacer amistad con mucha facilidad; tanto con
alumnos como maestros.
De esta manera,
no fue raro que se hiciera casi íntima del catedrático de Historia de México,
lo cual “despertó” una serie de rumores en la institución; que involucraba a
los dos.
Primero sólo se
veían entre semana; los días que él impartía la clase en su salón y de ahí se
iban a tomar su “cafecito”, que empezaba a hacerse una especie de religión para
ambos.
Pero más tarde
fue tanta su necesidad de verse que extendieron esa costumbre hasta sábados y
domingos; sin faltar por supuesto los conocidos como “días festivos”.
Un día de tantos
el profesor de Historia de México, no regresó a impartir su cátedra y su alumna
favorita a pasar lista en su grupo y llevar el control de las calificaciones.
Dos días después
en todas las estaciones del metro con el nombre y la foto de:
Maribel Suárez
Martínez
Apareció un
volante que traía la leyenda:
“Se extravió,
ayúdenos a encontrarla”.
Sala de la Casa de Dacne
22:00 - 23:00
p.m.
27/VI/2015
2 comentarios:
impactante, así pasa, como tu dices no sólo en el DF y Edo. de México sino en todo el país.. ni hablar, excelente cuento....
Caballero es una triste realidad que pase con mas frecuencia en nuestro país pero todos estamos expuestos a que nos pasen estas situaciones...
Publicar un comentario