Para
Alejandro Manuel
Nunca
será lo mismo: José María que María José
Oído en el Registro Federal
Una tradición tanto mexicana como argentina es
ponerle a los niños, pero sobre todo a las niñas, dos nombres al registrarlos y
bautizarlos sin importar la religión.
Aunque no hay reglas con respecto al orden de los
nombres compuestos, siempre hay unos que van primero como:
Juan, Blanca, José, Alma…
Y el que hoy nos ocupa: 99 de cada 100 de los que
fueron registrados con estos apelativos juntos se llaman:
Manuel Alejandro
La excepción que confirmaba la regla y que le había
dado más de un “dolor de cabeza” a su dueño era:
Alejandro Manuel González Fernández
Con 12 años y a punto de entrar a primero de
secundaria, desde muy chico se distinguió por su dominio sorprenderte del
público y por su voz natural de locutor.
Por tal motivo más de una persona le había sugerido
a su papá, inscribirlo en la escuela de actuación de Televisa, pero se negaba
sistemáticamente, argumentando que deseaba una niñez normal para su hijo.
Mientras que éste por lo menos tenía que corregir
una vez al día a alguien que le decía:
“Manuel Alejandro”
como era muy educado, indicaba:
“Alejandro Manuel si me haces favor”
Eran tantas sus cualidades que uno de sus parientes
maternos parafraseó a Joaquín Pardavé en “Los hijos de Don Venanció” y
puntualizó:
“No cabe duda que el crío es un Fernández, que caray”
Porque además de su “Don de gentes” Alejandro Manuel
era un excelente alumno y a pesar de su corta edad, resultaba:
“Todo un caballero”
La
fama del hijo del legendario Alejandro González y Muñoz llegó a los oídos del
cura de su colonia y lo invitó a leer pasajes de La biblia en unas de las misas
dominicales.
Hicieron el trato con un mes de anticipación para que lo hiciera el próximo:
Domingo 12 de Julio del 2015
Mientras ese momento llegaba; le tuvo que “corregir
la plana” a más de uno que, para no variar, le había cambiado el orden de sus
nombres y eso lo empezaba a desesperar
Llegó
el día y a las seis de la tarde ataviado de forma muy elegante y formal para la
ocasión, estaba parado frente al altar. Cuando el padre al presentarlo dijo:
El joven Manuel Alejandro leerá...
No lo dejó terminar y sin poderse contener con la
“enésima” equivocación:
González Fernández exclamó ante unos silenciosos
feligreses:
“¡Alejandro Manuel con un demonio!
Sala
de mi casa
22:00
-
23:00 p-m.
6/VI/2015
2 comentarios:
jajajajaj un final "inesperado" jajaja, esa frase del "padrecito" remató bastante bien! Me gustó el cuento, me hizo reír bastante jajajajaj
jajajajajaja Alejandro se desespero jajajaja es que el orden de los factores si altera el producto caballero jajajajaja suele pasar muy seguido en nuestro querido México lindo y querido que se le va a hacer.... a este crio
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