Dicen
que ella era muy bonita
Pero de verdad que ya no me acuerdo
Memorias de un desmemoriado
Dicen y aconsejan los expertos en el tema que cuando a una persona se le empiecen a olvidar las cosas; anote todo en una libreta o lo ponga en su celular para que le sirva de memoria.
Esto va dedicado
sobre todo a personas que tienen 60 o más años; aunque se llegan a dar casos en
que una persona que tiene entre 35 y 40; empieza a tener problemas con su
memoria.
Algo así como un pre-Alzheimer o si
existiera un término médico para eso; se llamaría:
Alzheimer Juvenil
Irónicamente sus
papás se quisieron poner muy originales al registrarlo y bautizarlo y le
pusieron:
Olvido
Así: Olvido Fernández Muriel siempre
sería recordado por los compañeros de escuela desde la primaria hasta la
carrera; porque siempre platicarían que en su salón iba alguien que se llamaba:
Olvido
Por supuesto los juegos de palabras con
su nombre eran muy comunes y se los hacían tanto profesores como alumnos:
“Fernández Muriel
tú seguramente siempre recordarás tu nombre”
O cuando el profesor de matemáticas al
verlo regresar al salón después de terminar la clase le preguntó:
“¿Olvidó algo compañero ídem?”
Como nadie o casi nadie, además de él se llamaba así; con el puro nombre y sin conocerlo ni siquiera en fotografía; todos pensaban que era mujer; porque como nombre propio suena femenino.
De esta manera por
lo menos unas 20 veces desde primero de primaria; hasta el último semestre de
la Universidad tuvo que aclarar que era hombre; porque al final de cuentas:
Olvido era un sustantivo masculino
Se tituló muy joven como “Licenciado en
Derecho” y como era muy brillante; se convirtió en el mejor abogado penalista
de la Ciudad de México; tanto que con apenas 40 años; ya tenía una considerable
fortuna.
Con la poca
memoria que le quedaba se metió a una casa de retiro para gente de la tercera
edad y le pidió a un amigo que firmara como albacea en un fideicomiso que
dejaba para pagar por el resto de sus días la mensualidad del lugar.
20 años después y con sólo 60; tenia
una figura delgada, pelo totalmente canoso y se podría decir que un físico
totalmente asexuado sin ningún rasgo exterior que indicara su género.
Una enfermera que tenía unos pocos días
de haber entrado a trabajar a la casa; vio que en su piyama tenía grabado su
nombre completo y le preguntó a:
Olvido Fernández Muriel
Ya con un avanzado Alzheimer:
“¿Es usted hombre o mujer?”
La
Casa de Las Lunas
22:00
– 23:00 p.m.
6//I/2024
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