Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 15 de agosto de 2021

CUESTIÓN DE GUSTOS (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Para  Ingrid Anaid Ruiz Lozada

Donde y como quiera que se encuentre

 

La belleza está en los ojos de quien la mira

Sergio Gustavo Andrade Sánchez 


Hay mujeres que son bonitas aunque ellas no hagan nada por resaltar esa belleza usando maquillaje o vistiéndose a la moda. Simplemente son bonitas de nacimiento o por herencia.


Y aunque la belleza femenina siempre será cuestión de gustos, estas chicas o mujeres les gustan a todo el mundo, o la mayoría, incluyendo a otras mujeres: Reconocen que son bonitas.

         

Ingrid Anaid Ruiz Lozada pertenecía a esa rara especie de mujeres que tenían una belleza total y todos los hombres al verla pasar junto a ellos coincidían en afirmarlo.

         

Con ella se rompía la tradición de decir que en hablando de mujeres:

        
“Todo es cuestión de gustos y de gastos”

         

Anaid no entraba en ese esquema, porque su belleza era apreciada hasta por:


Ciegos, homosexuales, árbitros de fútbol y jueces de clavados


En lo referente a sus caprichos o gustos, tampoco era muy exigente y a veces sus peticiones estaban muy por debajo de lo que reflejaba su formidable e impresionante presencia física.

         

Uno de sus mejores amigos al observar su actitud casi budista sobre las cosas materiales le preguntó:

         

-¿No crees que tú te mereces más?

         

Sin entender el sentido de la interrogación, respondió con otra:

        

-¿De qué hablas Willis?

         

Como él la consideraba su personal “Chica de Ipanema” por aquello de:

         

“Mira qué cosa más linda tan llena de gracia…”


Pensaba que debería estar rodeada de lujos y atenciones, le respondió:

         

-Una chica tan linda como tú debe ser tratada con algodones y te conforma con lo que sea

         

Antes de despedirse, Ingrid Anaid sonrió y dijo:

         

-Tú siempre con tus cosas

         

El amigo tenía razón, porque sabiéndose tan bonita o realmente sin importarle que lo era, casi había inventado su propio estilo para vestir:

         

“Existencialista”

         

Este consistía en ponerse la primera prenda (casi siempre playera) que tuviera a la mano y unos pantalones imposibles de clasificar  por la singularidad de los mismos.


En cuestión de maquillaje también era muy particular; o no se ponía “Una sola gota” o lo usaba a la manera de las “Vampiresas” del cine estadounidense o las “Mujeres fatales” del mexicano.

         

Quizá su belleza nunca le hubiera interesado, sino es que un día al acompañar a la chica que era supuestamente la más bonita de su alcaldía al concurso: “Nuestra Belleza Ciudad de México” con su estilo existencialista más acentuado que nunca y nada de maquillaje, uno de los organizadores al verlas juntas, le indicó a:


Ingrid Anaid Ruiz Lozada:

         

“Pasa a los vestidores para que te cambies y te maquillen”

 

La Casa de Las Lunas

22:0023:00 p.m.

14/VIII/2021

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