Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 18 de agosto de 2019

EL PADRE TIEMPO (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Para Lucina
Gracias por los recuerdos

Si me preguntan mi peso; prefiero decirles mi edad
Paquita la del Barrio 

 De los logros obtenidos por los gobiernos perredistas en la Ciudad de México es dejar entrar gratis a los discapacitados y personas mayores de 60 años al Metro.

Así la gente que se encuentra en la llamada “Tercera edad” con mostrar su credencial  del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) a los policías que cuidan la entrada a las estaciones, pasan sin dificultad.

Las historias en este sentido varían según el sexo del usuario. Los hombres la sacan instintivamente de la bolsa de su camisa para enseñarla la identificación que debe ser oficial.  

Mientras que las mujeres por lo general  pasan sin ver al “azul”,  ignorándolo por completo; dan por hecho que se les debe permitir la entrada nada más por su condición femenina.

A ellas no les importa si cargan o no con el documento y mucho menos si tienen 60 años o más; les basta con aparentarlos, Tan solo pasan y ¡Ay de aquel! que se interponga en su camino.

Marcela Juárez Fernández tenía una edad indeterminada como las mujeres de las historias de  Gabriel García Márquez; aunque todo parecía indicar que temía más de 50 años; o por lo menos su media docena de hijos lo hacía suponer; no tenía la credencial del INAPAM.

Esa circunstancia no le quitaba el sueño y cada vez que se subía al Metro, hacía el truco de buscarla en su bolsa de mano; y de esa manera se metía al interior de las estaciones sin mostrar nada y sin pagar boleto.

Además estaba consiente que difícilmente la iban a detener: exigiéndole la dichosa credencial. Parecía de 57 años y por tres que le faltaban nadie se iba a pelear.

Acostumbrada a esta situación y a la facilidad con la que creía que engañaba a los oficiales, dejó de echar identificaciones personales a su bolsa; confiando únicamente en sui truculenta búsqueda.

El sábado 17 de agosto llegó a la estación “Insurgentes”  que por cierto ya eran sus “clientes” favoritos y habituales y se dirigió a la puerta por donde entraba las personas mayores; para empezar con su pantomima.

Al salir siempre victoriosa empezaba a portarse un poco arrogante y ya no volvía para al oficial, por lo general un hombre al que le tendría que enseñarle la credencial.

60 segundos después cuando encaminaba sus pasos al andén a:

Marcela Juárez Fernández

La detuvo un policía tan viejo como el tiempo; diciéndole:

"Sigo esperando su credencial: Jovencita”

Comedor de la casa Dacne
22:00  -  23:00 p.m.
17/V/III2019

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