Si
saben contar; no cuenten conmigo
Pitágoras
La
forma de ver las cosas, pero sobre todo de contarlas; dependerá directamente de
cada quien, por tal motivo existe una diversidad infinita de hacerlo.
Para
Gabriel García Márquez:
“La
vida no es lo que viviste; sino lo que recuerdas y cómo lo cuentas”
De
ahí el título de su excelente autobiografía:
“Vivir
para contarla”
Así Dominga Pérez Lira tenía una forma
bastante rara de platicar las cosas que le sucedían todos los días; porque en
vez de palabras, su charla se basaba en números.
Por ejemplo decía:
“El 10 vi a la señora Juana a las cuatro, junto al número cinco”
Tal vez esta manía se le pegó desde la
secundaria cuando se quedó maravillada y hasta se podría decir que enamorada,
de su maestro de matemáticas.
La forma tan sencilla que le enseñó
esta materia que para la mayoría de las personas es una tortura, fue la causa
por la cual; ella todo lo relacionaba con los números.
Porque
además de platicarlos, resultó una excelente comerciante. Gracias a ellos su
pequeña papelería le daba el suficiente dinero para vivir cómodamente; porque
realizaba las cuentas de tal forma que siempre obtenía ganancias.
Una de las principales características
de su tienda era que resultaba la mejor surtida de la colonia; la distribución
de productos era asombrosamente exacto. Nunca faltaban ni sobraban productos.
Por tal motivo resultaba la más
concurrida por los niños y adolescentes que cursaban desde primaria hasta preparatoria,
porque sabían que en ella podrían encontrar cualquier artículo escolar.
Al cumplir 50 años su excelente salad
de costumbre, empezó a deteriorarse y llego a la llamada: “Edad de los nuncas”:
“Nunca me cansaba; nunca me dolía;
nunca me enfermaba…”
y
empezó a tener varios achaques
Fue a la Clínica del ISSSTE (Hospital
“20 de Noviembre”) donde uno de sus hijos la tenía inscrita para un chequeo de
rutina. Al revisarla, el médico le dijo que tenía que operarla de un pequeño
quiste que le detectó en el seno derecho.
Le informó el día en que iba a
programar la operación para el próximo mes de febrero. Como era viuda y vivía
sola, se había hecho muy amiga de su vecina de toda la vida que además era su
comadre.
Después de escuchar el diagnóstico fue
a la casa de Ángela y le dijo el 19 de enero:
-Comadre va a tener que cuidar mi
papelería un par de meses
Extrañada por la petición preguntó:
-¿Por qué?
Con la tranquilidad que la
caracterizaba:
Dominga Pérez Lira
Respondió:
-Porque me operan el 15 en el 20.
McDonald´s
San Juan de Aragón
17:00
– 18:00 p.m.
19/I/2019
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