Para
Fernando
Es
un buen tipo mi viejo que anda solo y esperando
Pinocho
Se
dan casos por diversas razones en que relación entre padres e hijos mayores de
edad; se rompe de tal manera que llegan hasta odiarse y no volver a hablar
nunca en su vida.
También
se llega al extremo que aun viviendo en la misma casa, se tratan como extraños
o como enemigos que habitan una vivienda para personas que están de paso.
Esto era lo que sucedía con Rafael Mendoza, le había tomado un extraño rencor al autor de sus días, que para la gente que estaba a su alrededor resultaba difícil de entender.
No le dirigía la palabra ni cuando
junto con su mamá, abuelita y uno de sus hermanos, se sentaban a comer,
parecían un par de desconocidos que habían coincidido en un comedor popular.
Ya ni pensar que le dijera a su padre:
“Buenos días”, “Buenas tardes” o
“Buenas noches”
ni
siquiera por diplomacia
Un amigo que lo conocía desde hace
muchos años le preguntó:
-¿No es absurdo que no le hables a tu
papá?
-No,
él se lo ganó por su forma de ser; creyéndose como un dios todopoderoso. Si los
demás lo aguantan: Allá ellos
Tratando de suavizar su postura le
dijo:
-Pero es tu progenitor
Con una frialdad que no le conocía; su
camarada indicó:
-Por desgracia
Lo
que más le molestaba a Rafael es que según él, su padre apostó y perdió dinero
en una casa de juegos, que le hubiera servido para pagar su colegiatura y no
salirse de la escuela. Eso nunca se lo perdonaría.
Era
tanto su enojo, que además de no hablarle ni para pedirle la sal en la mesa,
que también optó por alejarse de él y con cualquier pretexto se salía de su
casa a pasear a provincia. De esta manera pasó como dos meses sin verlo.
Por
supuesto el amigo estaba enterado de esto, porque Rafael cada vez que se veían
para tomar café y platicar, le contaba todo lo que sucedía en esa tensa
relación.
Un
día leyó que había muerto un catedrático el Poli, de nombre Fernando Martínez,
estos datos coincidían con el papá de su camarada y creyó que se trataba de él
Dos
días después tuvieron su acostumbrada cita en algún vips de la Ciudad de
México. Una hora más tarde de que habían platicado de diversos temas como era
su costumbre, el amigo le preguntó con mucho tacto:
-¿Cuándo
fue la última vez que viste a tu padre?
Con su característica tranquilidad y
sin reflejar ningún sentimiento:
Rafael Mendoza
Contestó:
-Ayer en un casino.
(1).- Título en inglés de la
excelente película irlandesa: “La última vez que vi a mi padre (Ariand
Tucker 2008)
Mcdonald´s
San Juan de Aragón
17:00
– 18:00 p.m.
12/I/2019
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