-¿Por qué los judíos tienen la
nariz tan grande?
-Porque el aire es gratis
Oído
en Polanco
Dicen
que cuando una persona pierde un sentido como:
La
vista, el oído o el habla
se
les agudizan los demás
De
esta manera se supone que en un ciego: El tacto, oído y el olfato lo tienen muy
agudizado como una defensa natural para defenderse mejor ante la vida.
Juan
Enríquez Domínguez había perdido desde los 10 años la vista debido a un
accidente de tránsito cuando viajaba en un microbús de regreso a su casa.
Como
sus papás eran de clase media; los gastos que trajo la nueva condición de Juan
y sólo lo pudieron apoyar para que
terminara la secundaria y luego se pusiera a trabajar.
Y
como sucede sobre todo en el otrora Distrito Federal no tuvo buenas fuentes de
trabajo y si bien le iba; sólo le daban trabajo de mozo en casas y pequeños
negocios.
Esto
lo obligó 20 años después cuando ya se mantenía por su cuenta a emigrar a la
provincia y decidió irse a vivir a Cuernavaca para tratar de mejorar
económicamente.
Pero
no le fue nada bien y terminó como la gran mayoría de los invidentes de clase
media para abajo y terminó pidiendo limosna; después de que nadie le quiso dar
trabajo.
Así
en el 2016 y 25 años después de su accidente y con 35 años de edad terminó a
las afueras de una iglesia de una zona residencial para pedir limosna. Tenía
como vecina a una señora en silla de ruedas que vendía productos de belleza y
limpieza personal de Avon.
Al
principio le iba muy bien y entre semana obtenís50 pesos y en fines de semana
entre 100 y 200 pesos y así estuvo por lo menos los últimos seis meses.
Pero
a inicios del 2017 sus ingresos bajaron drásticamente sus ingresos y él no se
explicaba la razón; porque iba a misa el
mismo número de personas.
Lo
que pasaba y que él no veía es que cuando se iban a acercar a darle limosna;
antes de llegar a su mano; literalmente hacía “Cara de fuchi” y se alejaban del
lugar.
El
domingo 29 de enero a las 9 de la noche cuando ya habían cerrado la Iglesia
nada más había ganado 60 pesos: le pregunto a la señora de Avon que también se
había alejado.
-Doña Lupita usted que si ve por qué la
gente ya no me da limosna como antes.
Se
acercó muy a su pesar y le dijo a:
Juan
Enríquez Domínguez
-¿Estás
chato o no hueles? Ahora además de estar ciego:
¡Apestas!
Sala de ni Casa
22:00
– 23:00
28/I/2017
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