Para Martha Alicia
Porque estos
cuentos le suben
el ánimo
Esta tarde
vi llover; vi gente correr
y no estabas tú
La Ciudad de
México a Miguel Ángel Mancera Espinosa
Después
de la enésima inundación
En
la Ciudad de México las Estaciones del Año, ya no se parecen en nada a las que
nos enseñaron en la primaria y en las cuales, los climas estaban muy bien
definidos.
En
la hoy llamada “Capital Social” y que el Abuelo Geno prefiere decirle la
“Ciudad de Wendy González Salinas”, podemos tener las cuatro estaciones en un
día.
Así
con respecto al clima podemos aplicar el eslogan de un “reality show”, para
decir:
“Nada
es lo que parece”
Rodrigo
Valdés Reyes era más chilango que la Sonora Santanera (La cual desapareció el
25 de abril de 1986, cuando se mató en un accidente de carretera su creador
Carlos Colorado Vera) y por lo tanto conocía a la ciudad “Al revés y al
derecho”
Aún
así no lo hacían cargar paraguas:
“Ni
con orden de juez” (Alejandro “Araña” González y Muñoz dixit)
A
principios de año en una de sus tantas “idas” al Zócalo caminando por las
calles de Madero conoció a:
Mónica
Lorena Hinojosa Solís
que
era una vendedora ambulante de “Gabardinas de plástico” que servían para
cubrirse de las repentinas e inesperadas lluvias capitalinas.
Se
ponían a platicar frente a “La Catedral Metropolitana” mientras comenzaba a
“chispear” y los plásticos se empezaban a vender como “pan caliente”.
De
esta manera forjaron una rara amistad, digna de los mejor melodramas de la bien
llamada “Época de Oro”; él podía ser David Silva y ella Blanca Estela Pavón.
El
sábado 26 de abril cuando todo indicaba que llovería, sobre la también conocida
como “Ciudad de Dacne”, Rodrigo le dijo a su familia que iba al Zócalo.
De
inmediato alguien le sugirió:
-Llévate
un paraguas porque va a llover
A punto de bajar las escaleras para
salir, indicó:
-Si
llueve tengo como taparme
Como
siempre que iba para allá. Se bajaba en la estación del metro “Bellas Artes”,
´para caminar hacia la conocida por muchos como “Plaza de la Constitución”.
15
minutos después estaba frente a “La Catedral” y busco a su amiga Mónica Lorena
y no la encontró. De pronto y como se lo habían advertido, se soltó un
inesperado aguacero.
Mientras
se mojaba sin saber qué hacer:
Rodrigo
Valdés Reyes
escuchó
claramente:
“Esta
tarde vi llover; vi gente correr y no estabas tú"
(1).- Basada muy libremente en la canción
del maestro Armando Manzanero Canché.
El Portón Plaza
Eduardo Molina
17:54 -
18:54 p.m.
26/IV/2014
2 comentarios:
Hermosa canción, excelente cuento, ¿qué le habrá pasado a su ya amiga? Muy buen post; esas rolas de Manzanero son las que los "chavos como yo" deberíamos sabernos, no las de los reguetoneros, ni los que se dicen cantan bachata, etcétera, en fin, muy buen cuento, me gustó mucho...
Es una hermosa lectura; La frase: “Esta tarde vi llover; vi gente correr y no estabas tú" (me parece) muy triste. Pero me gusto, tu escrito Carlos
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