Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 22 de septiembre de 2013

LA ABUELA (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Es  obvio  que  Fidel Castro,  no  tiene  abuela
Oído  en  Miami

Son de todos conocidos los desastres naturales causados en buena parte del país y ocasionados por fenómenos climatológicos que no se esperaban al mismo tiempo.

Por tal motivo sobre todo en Acapulco, muchos turistas se quedaron “Varados”, sin posibilidades de regresar como lo tenían planeado, a sus lugares de origen.

Mucha gente culpa a los mismos turistas de su condición de varados, porque dicen que a pesar de los pronósticos de mal tiempo, decidieron visitar Acapulco.

 Cuando Roberto Méndez Pineda le anunció a su esposa y a sus hijos adolescentes:

“El Domingo 15 de septiembre en la mañana vamos a ir a visitar a la abuela a Acapulco”

ninguno de los tres lo podía creer.

Habían escuchado en el Noticiero de las 22:30 del Teacher Joaquín Lóipez-Dóriga Velandia que no habría buen tiempo en el “Bello puerto” y se lo hicieron saber:

-Papá, Joaquín dijo que seguramente habrá tormentas en todo el estado de Guerrero y por supuesto en Acapulco

Ese argumento no lo convenció y puntualizó:

-Será un viaje rápido nada nos puede suceder

Así sin importar los indicios claros de mal tiempo, Roberto y su familia salieron rumbo a Acapulco a las 10 de la mañana del 15 del llamado “Mes Patrio”.

Llegaron y de inmediato se registraron en el hotel y a pesar de que no había el acostumbrado Sol del puerto, el clima estaba aceptable, tirándole a templado.

Una vez instalados en sus dos cuartos, el papá indicó alegre:

“¡Ahora sí, a visitar a la abuela!”

 Estuvieron animados y platicando como no lo hacían desde hace cinco años que iban sin falta a ver a la mamá de Roberto, que vivía en la tierra de Jorge Campos Navarrete.

En el momento que Roberto dijo:

“Mamá nos vemos el año que entra”

literalmente el cielo se “Cayó a pedazos”

Se había cumplido el pronóstico que el patriarca de la familia no quiso creer y en pocos minutos, el lugar donde vivía la abuela estaba completamente inundado.

No había gente cerca a la cual pedirle ayuda y por más que quisieron salir en su automóvil, las llantas estaban atascadas y no se podían mover para atrás ni para adelante.

Por la necedad del jefe:

La familia Méndez González:

Estaba varada en el Panteón de Acapulco.

El Portón Plaza Eduardo Molina
15:17  -  16:17
21/IX/2013

No hay comentarios.: