Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

lunes, 29 de julio de 2013

PARE DE SUFRIR (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Soy  más  desorientado  que  una  quinceañera  de  clase  alta
El  Cartero   Desconocido

En la ciudad de México en particular y en todo el país en general, los mexicanos no sabemos decir:

“No sé”

cuando nos preguntan sobre una dirección,  mandamos a cualquier lugar a la persona que nos pidió la información y pocas veces le damos el sitio o ubicación correcta.

 Por tal motivo, cuando andemos buscando un lugar, podemos recurrir en grado extremo a la legendaria “Guía Roji” o preguntarle sólo a:

Carteros, repartidores de productos y barrenderos

contra lo que se pudiera pensar, a policías no, porque casi nunca viven en la colonia donde los pusieron a trabajar.

Juan José Rodríguez Prado era un “chilango” de “pura cepa” que se sabía muchos de los trucos que se necesitan para vivir en esta Ciudad incluyendo como transportarse en Metro y a quién preguntarle cuando buscara un sitio que no conocía.

Otra cosa que lo distinguía era lo anticonvencional que era a la hora de vestirse, por más que sus amigos y familiares le dijeran que se arreglara mejor para que estuviera presentable.

También le repetían mucho el refrán, antes de un: 

“Recuerda como te ven te tratan”

Les decía que sí y a veces les hacía caso, pero la mayor parte del tiempo, a menos que fuera estrictamente necesario, la mayor parte del tiempo, se vestía sin tanto adorno.

Pensaba que los demás podían “Decir misa” de él, que solo le haría caso a las personas más cercanas, porque si no, tendría que “Prestar oídos” a cientos de opiniones.

Porque al ser un caminador de todas las calles sobre todo el centro, se encontraba de frente con muchos peatones y con algunos de ellos intercambiaba palabras.

También a la hora de pedir un servicio o entrar a un restaurante, tenía contacto directo con gerentes y meseras, Con dos que tres tenía la suficiente confianza para permitirles meterse en su forma de vestir.

Hubiera seguido con su manera despreocupada de vestir y sin hacerle caso a los consejos bien intencionados de sus amigos y de sus familiares más queridos para él, hasta que se dio cuenta que tenía que cambiar.

Un domingo su hermana le dijo que se vieran en un salón donde practicaba baile con su esposo e hija y se encontraba al lado de un templo cristiano.

Se bajó de la estación del metro Romero Rubio y empezó a buscar el salón, pero 20 minutos después, estaba completamente perdido, aunque cerca del lugar.

Se decidió preguntarle a una señora:

-Estoy buscando un salón de baile que está al lado de un templo o iglesia. ¿No sabe dónde se encuentra?

Lo miró de  “Pies a cabeza”, poniendo atención a su forma de vestir y le respondió a:

Juan José Rodríguez Prado:

-La iglesia de “Pare de sufrir” está en la siguiente calle.

Sala de mi casa
22:30  -  23:30 p.m.
28/VII/2013

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