Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 2 de marzo de 2025

LA SEÑORITA KATIA (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Una señora después de todo

Es como una señorita… Después de todo

Patrullero 777


Con excepción de cómo se dirigía el “Iinterfeito” a los hombres mayores de edad; sin importar si eran más chicos o grandes que él; a todos les decía:


“Jovencito”


Una persona es tan joven o vieja; de acuerdo con la edad de su interlocutor


Un buen y claro ejemplo era el Doctor Mario Bernal Salinas que a sus bien vividos 80 años, cuando iba a la revisión de su corazón; decía que le extrañaba ver en consulta a:

“Chavos de 60”

         

Katia Fernández Robledo era una chica muy bonita con unas preciosas cejas pobladas: que eran el marco perfecto de unos expresivos ojos cafés. Una nariz perfecta, mejillas esponjaditas y una boca que parecía hecha a mano y por pedido.


Estas bellísimas facciones sumadas a un cuerpo delgado y agradable; junto con sus perfectos 16 años; hacían de ella la empleada más bonita de “McDonald’s San Juan de Aragón.


Katia lo sabía y lo disfrutaba. Le gustaba que le dijeran:


“Qué bonita jovencita” “Que preciosa señorita” “Que adorable mujercita” y hasta:


“Que encantadora niña”


Para ella era igual de importante que se dieran cuenta que como “La Ducal” era:


“Más bonita que ninguna”


y además que era muy joven con todos los sinónimos o términos que tiene el significado

         

Es más, podría pasar que alguien no la considerada bonita, porque al final, parafraseando al Maestro:


Sergio Gustavo Andrade Sánchez:


“La belleza está en los ojos de quien la mira”


Pero la mínima insinuación o broma de que no estaba joven la hacía literalmente:


“Montar en cólera”


y llenaba de insultos al atrevido

         

El “McDonald’s” donde trabajaba; no tenía la “Maquina de los refrescos” afuera para que los clientes se sirvieran por su propia cuenta y si querían “refil” o que les rellenaran el vaso; tenían que ir al mostrador para que un empleado lo hiciera.

         

El sábado 1 de marzo un niño de unos nueve años con su vaso vacío se acercó al mostrador y extendiéndoselo a:

        

Katia Fernández Robledo

         

Le preguntó:

         

“¿Me puede servir más Fanta…

         

Señora?”

 La Casa de Las Lunas

22:0023:00 p.m.

1/III/2025

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