De todos modos, Juan te llamas
Oído en la Preparatoria
Por lo general el
nombre propio o de pila de una persona no marca su destino; a menos que sus
padres se pongan creativos y los registren con uno que pertenezca al otro sexo
como:
“Índigo”
siendo mujer
Otro problema es que los progenitores
vivan en uno de los tantos pueblos o ciudades pequeñas de América Latina que se
quedaron con la costumbre española de bautizar a los niños con el nombre del
santo del día que nacieron; aunque éste sea muy feo:
Por ejemplo: Herculano el 1 de marzo
Anacleto 13 de julio
Eustaquio 20 de septiembre
Águeda 5 de febrero
Escolástica 10 de febrero
Casilda 9 de abril
y hay familias tan
tradicionalistas y católicas que siguen a “raja tabla” esta costumbre; aún en
contra de los deseos de la madre.
Por eso cuando Martha dio a luz a su
primer hijo en 1966; en la ciudad de “Puntarenas” capital de la provincia del
mismo nombre; en Costa Rica: Antes de pensar en el nombre confirmó que era:
Domingo 12 de mayo
y de inmediato vio
que santo era.
Para su mala suerte de celebraba el día
de “San Pancracio” y pensó:
“Que me perdonen todos; pero no voy a
desgraciar a mi hijo poniéndole ese nombre”
Pero se topó con
la intransigencia de sus papás y abuelos que le dijeron:
“Te damos a escoger: Le pones Pancracio
como dice el santoral o Carlos como tu tío que murió al tratar de asaltar el
banco principal de la ciudad. Tú decides”
Tres meses después el:
Sábado 23 agosto
Con los papás de Martha como padrinos.
El cura antes de ponerle el agua bendita al bebé dijo:
“Yo te Bautizo en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo”
y 30 segundos
después de derramar el agua puntualizó:
Con el nombre de Pancracio”
La
Casa de Las Lunas
22:00
– 23:00 p.m.
24/VIII/2024
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