Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 18 de junio de 2023

GOLPE DE CALOR (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Hace mucho calor y no es de hogar

Oído en el orfanatorio


 De pronto varias “Olas de calor” literalmente azotaron a la República Mexicana; con temperaturas nunca vistas ni sentidas por los mexicanos en todo el país.


Hasta en la Ciudad de México que tradicionalmente tiene un clima templado y que cuando hace calor, el termómetro llega máximo a los 25 grados; se había llegado a temperaturas récords de 30 a 33 grados.

         

Por tal motivo se empezó a escuchar un término que antes sólo se relacionaba con los deportes y sobre todo de los llamados de “alto rendimiento”:

         

“Golpe de calor”

         

Éste consiste en:


Trastornos ocasionados por el aumento de la temperatura del cuerpo como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas y humedad o el esfuerzo físico intenso en altas temperaturas.

         

Y que pueden ocasionar la muerte.

         

Don Alberto Jiménez Torres originario de Apodaca Nuevo León a pesar de sus 60 años era un jinete consumado y montaba a caballo; como si hubiera nacido arriba de uno.

         

Uno de sus pasatiempos favoritos era recorrer su hacienda que era de las más grandes de la región; precisamente montado en uno de los cinco preciosos corceles de su propiedad.


Apodaca no estaba exento de las altas temperaturas que había en México y llegaron a tener días de hasta 44 grados; por lo que las autoridades del lugar les recomendaron a sus habitantes; no hacer ningún tipo de ejercicio con demasiado esfuerzo físico.

         

El caballerango de la hacienda: Laureano Treviño que tenía muchos años trabajando para Don Alberto le dijo el sábado 17 de junio; cuando su patrón le indicó que ensillara unos “cuacos” porque iba a dar su cabalgata diaria:


-Hoy no salga a montar patrón le puede dar un “Golpe de calor”

         

Sin hacerle caso como único comentario indico:

         

-Hágase a un lado


y empezó a cabalgar

         

Como efectivamente hacía mucho calor le costó más trabajo montar; porque su caballo no obedecía sus órdenes como de costumbre; porque también se sentía incómodo por el sol que estaba pegando muy fuerte.


Contra su costumbre y visiblemente acalorado se detuvo para tomar agua de manantial que tenía en la hacienda. El equino seguía muy inquieto por el sol que brillaba a todo lo que daba porque no había nubes.

         

Cuando:

         

El dueño de la Hacienda: “La Misteriosa”

         

Uno de los mejores jinetes que había en todo Nuevo León desmontó; recibió una sorpresiva, inesperada y muy fuerte coz del animal y cayó desfallecido.


Don Alberto Jiménez Torres:

        

Había muerto de un:

         

“Golpe de calor”

         

Como se llamaba su caballo.

La Casa de Las Lunas

22:0023:00 p.m.

17/VI/2023

1 comentario:

Carlos Manuel Muñoz Moreno dijo...

Pues era su destino:
Morir por un golpe de calor o por un golpe de calor. No hubo para donde hacerse.