Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 27 de marzo de 2022

LA FAMILIA SAGRARIO (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

-¿Mamá todos los carpinteros son buenos?

Oído en la Colonia Jerusalén


 Por lo general cuando un hombre y una mujer de clase media baja deciden casarse; es porque ambos están realmente enamorados y piensan que juntos tendrán un mejor futuro.


A veces esto sucede, sobre todo porque al padre de familia le empieza a ir muy bien económicamente y eso se ve reflejado en del estilo de vida de los integrantes de la familia.

         

Lo malo que casi siempre con esta mejoría económica; el progenitor se siente superior a los demás del clan y cree que sus decisiones y opiniones son las únicas que deben contar como si fuera un todopoderoso.

         

Cuando José Vicente conoció a María del Refugio “Cuquita” para todos; en su natal Huentitán Jalisco era una muchacha de familia menor de edad, pero que ya estaba embarazada.


Así el día que José le propuso matrimonio a María; ella fue muy honesta con él y le dijo:

         

“Acepto tu propuesta, pero quiero que sepas que estoy esperando un hijo y se va a llamar Jesús como su padre”


José estaba tan enamorado que aceptó esa condición.

         

Así José Vicente Sagrario y María del Refugio Villaseñor se casaron el 27 de diciembre de 1963; cuando ella todavía no cumplía aun los 18 años. Él era carpintero y ella ama de casa.

          

Jesús Sagrario Villaseñor nació seis meses después de la boda y trajo felicidad a los jóvenes padres; de 18 y 24 años y José se comprometió a trabajar muy duro en la carpintería para mejorar su posición económica.

        
Las condiciones en las que vino al mundo el niño Jesús no fueron las deseadas por ambos: porque al no tener para pagar un sanatorio particular y ni siquiera los gastos que generaría un hospital del gobierno nació en la humilde casa paterna.

         

Desde el principio José Vicente, “Chente” para los amigos, le dejó bien claro a María del Refugio “Cuquita” que ella sólo tendría que dedicarse a su hogar y a cuidar a su hijo Jesús o “El chavo Chuy” como le decían en la escuela.

         

Eso a sus 17 años le pareció muy amoroso y lo aceptó sin protestar; porque sabía que tenía que su esposo se las arreglaría; para darles una mejor vida a los tres.


Y sí efectivamente Chente en una década pasó de ser un humilde carpintero de Huentitán; a ser el dueño de las mueblerías más importantes no sólo del estado de Jalisco; sino de todo México

         

23 años después La Familia Sagrario era y por mucho la más acaudalada de la región; tanto que tenían un impresionante rancho que tal vez era el más grande de América Latina.

         

En la cena de Año Nuevo de 1990; el 30 de diciembre cuando Cuquita cumplía exactamente 40 años; Chente 45 y el hijo 23; le dijo a su esposo:

         

-El año que entra empiezo a trabajar

         

Al oír esto entró en cólera y casi gritó:

         

-Ya te dije que tú no trabajas y te quedas en la casa

         

Jesús que estaba sentado en la mesa; después de sonreírle a María:

         

Le dijo a José:

         

-Papá tú no eres Dios.

La Casa de Las Lunas

22:0023:00 p.m.

26/III/2022

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