Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 23 de enero de 2022

LA SEÑORITA DE LAS MENTIRAS (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

 Para Ana Elizabeth García Vilchis

Que es encantadora

 

Si no quieres que te diga mentiras; no me hagas preguntas

Oído en Palacio Nacional


Existen apodos que son absolutamente geniales y que encierran a la perfección la personalidad de la gente a la que se los ponen; muchos de ellos son deportivos como:


“El hijo del viento”; “El esteta de Nueva York”; “El campeón de la gente” “La mujer eterna” y el que hoy nos ocupa.

         

La Señorita de Las Mentiras

         

Desde que la conocía hacía unos cinco años que se fue a vivir y a trabajar a la colonia Obrera, la misma que vio nacer y morir a “La Sonora Santanera” 


Ana Elizabeth García Vilchis era una chica que estudiaba la Universidad en la Carrera de Comunicación. Tenía unos rasgos físicos agradables, una plática agradable y una forma de ser sencilla y de buen trato; en fin resultaba una chica encantadora.

         

Por eso no lograba entender el apodo que le pusieron y le decían a ella; como suele suceder casi siempre a “las espaldas” de la gente como resultaba con Ana Elizabeth:

         

“La Señorita de Las Mentiras”

         

Cuando se la encontraba en la calle, casi siempre rumbo a la escuela; platicaban cordialmente y le parecía una chica simpática; con platica agradable y para nada le parecía una muchacha mentirosa.


Lo que sí desconocía, porque vivía sola; en un pequeño departamento a dos calles de su casa; era a que se dedicaba para mantenerse y pagar sus estudios universitarios.

         

Lo que era un hecho era que su trabajo o actividad laborar le daba para vivir cómodamente; porque usaba buena ropa; siempre la veía bien arreglada y hasta elegante.

         

Ana Elizabeth empezaba a ser un misterio para Alberto Manríquez Blanquet, que a pesar de que le caía de maravilla; desconocía casi todo de ella, además de ser estudiante universitaria.


Hasta que un día decidió seguirla sin que se diera cuenta; para saber si podía descubrir, por lo menos en qué trabajaba y el porqué de su enigmático, aunque simpático apodo:

         

“La Señorita de Las Mentiras”


La siguió en el metro hasta la Estación Insurgentes de la Línea uno y la siguió a cierta distancia hasta que llegó a la esquina y el semáforo de la esquina que comprenden las avenidas: Insurgentes y Reforma.

        
Sacó una especie de tarjetas que traía en un portafolio y cuando la oyó decir su extraño pregón entre los automóviles que se detenían cuando se ponía la luz en rojo; lo entendió todo:

         

Ana Elizabeth García Vilchis exclamó con voz potente:

         

“Mentiras, mentiras, lleve sus mentiras para toda ocasión: Mentiras, mentiras”

La Casa de Las Lunas

22:0023:00 p.m.

22/I/2022

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