Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 20 de junio de 2021

LAS REGLAS DE CASA (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Todos los tatuajes se ven mal, pero hay unos que se ven peor

Oído en la Zona Rosa


 A últimas fechas y sin importar edades, los tatuajes se pusieron de moda en la Ciudad de México y podemos ver hombres y mujeres tatuados desde los 15 a los 60 años.


Cabe señalar que entre más grande sea la persona (Arriba de los 40 años) se ve peor y más patético con uno o más tatuajes de todos los tamaños en cualquier parte del cuerpo.

         

De pronto Maribel Olivares Suárez parecía que a sus 16 años había olvidado los principios y reglas básicas que le habían enseñado de pequeña en su casa.


Aunque continuaba siendo una chica estudiosa y responsable en cada una de las actividades que realizaba, empezó con la idea de ponerse un tatuaje permanente.

        
El día que se lo quiso sugerir a su mamá, antes de que terminara de hablar; le señaló:

         

“Un tatuaje, piercing, arete o cualquier objeto extraño en tu cuerpo: ¡Ni lo sueñes!”


Maribel hizo el coraje de su vida; porque muchas de sus compañeras y algunas de sus amigas se habían puesto uno; con la autorización de por lo menos uno sus progenitores.

         

Cuando le expresó esto a los suyos, recibió una respuesta definitiva:


“Mientras vivas en esta casa; obedecerás nuestras reglas”


Pensó que exageraban y como último recurso le apostó al paso del tiempo y a cumplir su mayoría de edad, para ponerse el tatuaje tan anhelado de unos meses a la fecha.

         

Había leído y escuchado que cuando alguien cumple 18 años; ya no tiene que pedirle permiso a nadie; para hacer cualquier cosa sin importar si era buena o mala.


Entonces como los antiguos filósofos griegos y los actuales monjes budistas, se “sentó” tranquilamente a esperar; mientras continuaba envidiando a las chicas ya tatuadas.

         

Y como “No hay plazo que no se cumpla” y nada más relativo que el paso del tiempo; ni siquiera una mujer, los meses transcurrieron con gran velocidad hasta que llegaron sus 18 años.


Como primera acción de su “nueva vida” fue a tramitar la licencia de manejo; aunque más bien manejaba poco y mal, cuando le dejaban “darse las tres” en algún automóvil.

         

Al llegar a su casa y recibir los respectivos abrazos por su cumpleaños, les enseñó el documento con un orgulloso: 


 -¡Miren!

         

Sus padres aún no salían de su asombro, porque sabían que no sabía conducir, cuando les informó:

         

-Lo siguiente será un tatuaje

         

Su mamá de forma enérgica y categórica le recordó:

          

-¿Un tatuaje? ¡Ni lo pienses!


Contrariada por escuchar una frase que no esperaba y que tenía guardada en el subconsciente, sólo alcanzó a balbucir. Volviendo a enseñar su licencia:


-Vean la edad que dice

        
Su papá con la tranquilidad completamente recuperada, le dijo a:

         

Maribel Olivares Suárez

         

La frase más lapidaria de toda su vida:

         

-Y tu:

         

La dirección que trae.

La Casa de Las Lunas

22:0023:00 p.m.

19/VI/2021

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