Para Diana María Guadalupe Soto
Ponce
En donde quiera que se encuentre
¿El Ariel?
Sí lo conozco es un detergente
Oído
en Bellas Artes
El Ariel” y “El
Óscar” tienen un parecido y una gran diferencia. La semejanza es que se trata
de dos premios cinematográficos que se entregan en México y Estados Unidos.
La enorme
diferencia es que mientras que todo el mundo del cine quisiera tener un “Óscar”
en sus vitrinas; “El Ariel” se toma casi como una vacilada.
Diana y Ariel se
conocieron y cuatro meses después ya eran novios. Ella estabas feliz porque
decía:
“Por fin encontré a mi Príncipe Azul”
Formaban una de esas parejas llamadas
disparejas: Diana era una muchacha de 23 años; de 1.65 de estatura y 50 kilos
de peso. Su figura delgada y sus lentes; la hacían verse como abuelita.
Por otra parte
Ariel era un joven de 22 años; estatura mediana; cuerpo robusto y piel morena.
Su apariencia física era de unos 27 años.
Las opiniones de sus amigas se dividían
con respecto a él:
Para Olimpia
Patricia: “Ariel es un mango. Oye Diana te sacaste la lotería”
En cambio Miriam Isabel decía: “¡Ah
jijo!” “¡Aquí espantan!”
Gustavo Adolfo expresó: “No hay nada
raro en esta relación; simplemente es un roto para un descosido”
En el primer año de noviazgo se pasearon
por todo “El otrora DF”. Fueron a restaurantes, conciertos, parques, museos.
Por supuesto siempre pagaba Ariel.
La que no estaba
de acuerdo con este noviazgo era la hermana de Diana:
Alba
Minerva y no había día que no le dijera:
-Entiende Diana: Ariel no te conviene
-Lo que pasa es que me tienes envidia
-No digas tonterías
-Pues no las digas tú
A partir de ese
momento cada vez que Minerva veía a Ariel en su casa le hacía “Malas caras” o
lo evitaba. Ariel se dio cuenta y preguntó:
-¿Qué le pasa a tu hermana?
-No le hagas caso. Está así por su trabajo
Poco a poco los presentimientos de
Minerva se empezaron a cumplir. Todo
empezó cuando Diana le dijo a Ariel:
-Vamos a “Burger King”
-Está bien, pero ahora sí cada quien
paga su cuenta
-¿No estás
hablando en serio ¿Verdad?
-Totalmente. Has sido el chiste más
caro de mi vida
-¿Me estás diciendo que no me vas a invitar?
-Así es
-Por favor vete de mi casa y cuando estés en
otro plan; puedes regresar
-No, si quieres verme; tienes mi cel
-Ahora
resulta que la grosera soy yo
Ariel se fue dejándola “rumiando” su
coraje
“Está loco si cree que le voy a rogar”
Minerva que había escuchado la
conversación le indicó:
-Te lo dije: Todos los hombres son iguales
-Tenías razón. Era muy bonito para ser
verdad
Durante tres meses no tuvieron ningún
contacto; hasta que Diana haciendo a un lado su orgullo, le habló por teléfono:
Nos vemos a las
12 en el metro Potrero
-Ahí estaré
Salió de su casa. Abordó el pesero a la
estación. Era la primera vez que este recorrido la ponía nerviosa. Llegó a la
estación a las 11:40. Cuando tuvo enfrente a Ariel; le puntualizó:
-¿Has reconsiderado tu actitud?
-Nunca he actuado mal
-Si quieres regresar conmigo; me tienes que
pedir perdón
-No, la que tiene que pedir perdón eres tú
Al oír eso
estuvo a punto de soltarle una cachetada, pero se contuvo
Y:
Antes de irse:
Diana María Guadalupe Soto Ponce
Le dijo:
“¿Quién te crees Ariel? ¿Un Óscar?”
Sala de la Casa de Dacne
22:00
– 23:00 p.m.
31/V/2020
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