Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 21 de enero de 2018

LA ESPERA (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

El que espera: Desespera
Oído en el IMSS

Constitución Pablo López vivía en uno de los pueblos más olvidados del PRI, de Dios y de la Civilización, ubicado donde acaba el mapa de Puebla “De los Ángeles”.

De esta manera no tuvo la oportunidad de estudiar ni siquiera la primaria, porque la escuela más cercana se encontraba a tres horas de camino y se los tenía que “Echar a pie”.

De esta manera no tuvo la oportunidad de estudiar ni siquiera la primaria, porque la escuela más cercana se encontraba a tres horas de camino y se los tenía que “Echar a pie”.

  Pasaron 20 años en su rutinaria vida en relativa calma, siendo feliz en su pequeño mundo, el cual llegaba sólo a la capital poblana, a la que “Bajaba”  máximo una vez al año.

Al cumplir los 21, su papá como regalo le dio dinero para que se fuera una semana a la Ciudad de México, como había oído hablar tanto de ella, quería conocerla.

Llegó a la terminal de autobuses de la “Vía Tapo”, la semana del 15 al 21 de diciembre. Desde el primer momento que se bajó del camión, quedó maravillado y enamorado para siempre de la también conocida como Ciudad de Wendy González Salinas.

Visitó los lugares de “Cajón” incluyendo el “Estadio Azteca y la “Basílica de Guadalupe”. El 15 después de ir al Zócalo o “Plaza de la Constitución”, se encontró con una chica. Debido a su inexperiencia en asuntos amorosos fue “Presa fácil” y terminaron en la cama de un hotel.

Al otro día al levantarse; ella le susurró al oído:

“Bienvenido al mundo del Sida”

Aunque no sabía mucho de esa enfermedad, estaba enterado que no tenía cura y era mortal. Por tal motivo cuando regresó a su pueblo; se lo contó a su padre y éste, después de insultarlo, lo mandó a Puebla a hacerse los análisis correspondientes.

La semana que transcurrió entre los exámenes preliminares y la fecha que le entregarían los resultados, fue la más larga y tensa de su anterior tranquila y pacífica vida.

 Arribó a las 10 de la mañana a la clínica del Seguro Social. Media hora más tarde escuchó:

 “Señor Constitución Pablo López presentarse en recepción”

Le entregaron un sobre blanco y antes de abrirlo para enterarse de algo que le cambiaría la existencia para siempre, se sentó en la sala de espera a reflexionar a su manera sobre su futuro.

Pasaron dos horas y él continuaba sentado, nervioso, jugueteando con el sobre todavía cerrado entre sus manos. Cinco minutos después de tanta angustia:

Constitución Pablo López

Se acordó que tenía algo a su favor y existía alguna esperanza:

No sabía leer.

Sala de mi casa
22:00 – 23:00 p.m.
20/I/2018