¿Es moto
o bicicleta?
Oído en la Zona
Rosa
Como estamos en
tiempos de ser:
“Políticamente correctos” (Dacne dixit)
a los
homosexuales ya no se les puede decir:
Putos, puñales,
maricones, jotos, mariquitas sin calzones…
ahora sólo:
“Personas que
practican la diversidad sexual”
y como son
minoría, ellos, ellas y elles sí pueden desfilar desnudos en la calle, sin que
las autoridades les llamen la atención.
Ante todo esto:
Don Artemio
Martínez Garza
sólo atinaba a
exclamar:
“¡Son
monsergas!”
y le comentaba a
su hijo Ubaldo de 20 años:
“Figúrese mijo
que para ocultar lo que son se dicen quesque gays de clóset”
Hombre total y
completamente de campo, originario de Nuevo León iba muy pocas veces a la
capital del Estado, porque vivía en el Municipio de Vallecillo.
Pero cuando lo
hacía y visitaba a uno de sus hermanos, se quedaba maravillado con el clóset
(Él le decía ropero), que tenía su “carnalillo” en su recámara.
Lo que más le
gustaba era que una persona podía estar cómodamente en su interior, sin
sentirse incómodo y que nada le estorbara. Por tal motivo mandó a hacer uno en
la suya.
Su esposa Vivianita
le dijo:
“Estás loco
Artemio, para querer poner esos lujos en la casa”
Tenía razón
Vivianita porque la casa de los Martínez Escobedo era más bien mediana que
grande y algo así sólo se vería ridículo y ostentoso. Sin importar nada de eso,
Don Artemio contrato al mejor carpintero del lugar.
El clóset quedó
“peor” que el de la casa de su hermano y digno de la mejor residencia de
Monterey, porque literalmente fue:
“Hecho a mano”
Una semana
después cuando:
Don Artemio
Martínez Garza
Estaba sólo en
su recámara, oyó un ruido dentro del clóset. Creyendo que se había metido un
ladrón; tomó la pistola que tenía guardada y cuando abrió la puerta para
gritar:
“¡Si se mueve lo mato!”
Descubrió a su
hijo:
Ubaldo Martínez
Escobedo vestido de mujer
Era un gay de
clóset.
El Portón Plaza Eduardo Molina
16:00 - 17:00
p.m.
5/VII/2014
1 comentario:
Jajajajajajajajajaaj espero los y las personas que "ejercen la diversidad sexual" no se sientan agraviados con tu cuento, pero bueno, ahora resulta que si haces un comentario al respecto de sus caracterizaciones en alguna plaza pública, se molestan, te dicen homofóbico (a) y hasta persignado (a), mocho (a); total que al final de cuentas ellos siempre tienen la razón, nosotros somos los idiotas que no los comprendemos.
Considero tu cuento muy "ad hoc" a lo que pasó la semana pasada y que durante la semana criticaron a Laura Zapata de homofóbica y doble moral, hasta de anticonstitucional por mencionar que le parecía grotesco que en el Zócalo anduvieran así "caracterizados" sobre todo cuando hay familias y pues bueno, se armo el relajo, al final ella no tuvo la razón y los jóvenes de LGTT sí, porque ellos tiene más derecho que nosotros... así las cosas..
Publicar un comentario