Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

viernes, 17 de mayo de 2013

LA CUENTA (1) (CUENTO) POR CARLOS BERNAL ROMERO

Ahora resulta que el pendejo soy yo
Alberto Manríquez Blanquet después de que le robaron su laptop en un vips

         Cuando un cliente va a comer o a tomar café a un restaurante tipo vips, presupone que está en un lugar seguro y que se puede parar al baño y dejar sus cosas en su mesa o gabinete, sin peligro que se lo roben.

Pero la realidad es otra, porque en algunas unidades ante la complicidad o indiferencia del Gerente (Para el caso es lo mismo) a un comensal le pueden sustraer de su mesa, cualquier objeto, como quien le “Roba un dulce a un niño”.
         
Alberto Manríquez Blanquet iba al “Vips Plaza Eduardo Molina”, casi siempre cuatro días a la semana a tomar café, escribir, platicar con muchos de los empleados de ahí y a usar su laptop.

   Como si fuera una máquina o un robot, la computadora la prendía y empezaba a usar a partir de las 16:30 p.m. para que su pila le durara bien hasta las 19:00, que era la hora, que por lo general la apagaba y se iba a su casa.

Por la frecuencia que iba, era conocido por todo el personal que tiene contacto directo con los consumidores, desde las meseras hasta los garroteros, pasando por las jóvenes que están de cajeras.


         Como sólo tomaba café y se quedaba mucho tiempo, no era bien visto por algunos, sobre todo por el Gerente, aunque más de una mesera lo tratara como si fuera el dueño, siguiendo una de las máximas de “Adriano”, personaje principal de la excelente novela:


         “Las mujeres de Adriano” de Héctor Aguilar Camín.
       
  “En vida hazte de dos restaurantes que te traten como si fueras el dueño y un amigo médico que te ayude a bien morir”

entonces Alberto hacía caso omiso de la actitud del encargado de esa unidad.


         De esta manera cada cierto tiempo se paraba a caminar, para no estar tanto tiempo sentado y dejaba su laptop dentro de un morral o ya abierta sobre la mesa y 10 minutos después regresaba a escribir.

         Resultaba una imagen tan habitual, que a la hora que iba y el tiempo se quedaba, que hasta los otros clientes que también eran frecuentes como él, lo veían ya como parte de la decoración.
        
Así fue hasta el lunes 13 de mayo del 2013. Llegó a las 14:00 para ser atendido por Lupita, la mejor mesera que hay en toda la empresa y a las 15:30, cuando se retiraba ella buscaba a Claudia para terminar su estancia con ella.

El miércoles 15 de mayo se apareció como siempre en “Vips Plaza Eduardo Molina”, escribió y entre las tres y media y cuatro de la tarde, se paró al baño y saliendo fue a buscar a Claudia para sentarse en una mesa o gabinete donde ella atendiera.
        
Le dijeron que la mandaron a comer y que regresara a buscarla en media hora, cuando regresó al gabinete en que esta sentado, se llevó una sorpresa desagradable al ver que ya no estaba el morral ni su computadora.
        
Fue a reportar el robo tanto con los Jefes de piso como con el Gerente y la única respuesta que recibió, fue:


         “Usted es el  culpable, para que se va al baño y no se lleva su computadora”
        
Enojado ante la indiferencia y nula cooperación de los encargados, tomó las cosas que le quedaron y se dispuso a retirarse del “Vips Plaza Eduardo Molina”, cuando:

Alberto Manríquez Blanquet

estaba a punto de salir, escuchó al Gerente decirle a una de las meseras:
        
Alcánzalo se está yendo sin pagar”
         
1).- La historia es real. El final, inventado.

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