Para Fernando
Hay un límite en donde la
tolerancia deja de ser una virtud
Miguel
Ángel Mancera Espinosa
Se tiene la creencia popular de que
todos los exilios son políticos y forzados por el gobierno de un país que corre del mismo, a uno o más
personas que considera peligrosas.
Pero también hay
auto exiliados que por su voluntad se van de su país y ciudad por razones
personales y borran su pasado real, para hacerse de uno inventado.
Había llegado un
momento en la vida de Fernando Rafael Martínez Mendoza que literalmente se
sentía “En medio de la nada” y a pesar de que era un muchacho diferente a los de su generación, realmente
no sabía qué hacer con su vida.
Todo iba bien hasta que decidió como Roberto “Mano de piedra” Durán en su segunda pelea
contra “Sugar” Ray Leonard al pronunciar el legendario “No más” y abandono los
estudios que hacía en la “Escuela de Periodismo
“Carlos Septién García”
Así empezó a
“dar tumbos” y a experimentar en todos lados y lugares. Realizó encuestas;
trabajo como vendedor de teléfonos celulares; estudió inglés y teatro; fue
capturista de datos. En fin solo le faltó vender barbacoa los domingos.
Cuando estaba a
la deriva, un amigo le sugirió algo que
a “simple vista” parecía una locura, pero en su situación, sobre todo
psicológica, lo vio como una buena opción.
Así casi sin
decir adiós y despidiéndose de rápido y con llamadas rápidas de no más de un
minuto con familiares y amigos: Fernando Rafael, dejó atrás a la ciudad y su
pasado.
Se fue a la
terminal de autobuses y dos horas después llegó a su destino. Se bajó del camión y como un
hombre nuevo se dirigió a su mueva meta que en esos momentos les pareció la más
adecuada.
Así con una pequeña maleta donde guardó lo
básico porque quería empezar una nueva vida, se encaminó al lugar donde guardó
lo básico porque quería empezar una nueva vida y se encaminó al lugar donde le
habían prometido que todo sería diferente.
Tuvo que pasar
todavía una hora para llegar. Lo estaban esperando desde hace u par de días, una vez que se había confirmado
su llegada desde la Ciudad de México.
Le abrió el
Director General y le sorprendió la juventud de Fernando, poco usual para el lugar, pero lo aceptó de
buena manera y le dijo que en unos minutos; lo recibiría formalmente.
Le dieron el
uniforme de la institución y diez minutos acompañado por un asistente fue llevado
a la Dirección. Tocaron la puerta y lo
dejaron en el interior.
Como lo vio tan seguro no le preguntó
si tenía alguna duda de su estancia en el lugar y para terminar con el
recibimiento le indicó:
Fernando Rafael
Martínez Mendoza:
¡Bienvenido al
monasterio!”
Burger King La Plaza Oriente
17:00
-18:00 p.m.
12/III/20216