El que se ríe se lleva
El elefante a la hiena
La
sonrisa de Chinta permanecía en su rostro por lo menos 360 días en el año y sólo
se borraba, cuando alguien la llamaba por su nombre:
Jacinta
-¿En
serio es tanto tu coraje?
-No
creo que mi nombre sea para alegrarse
-Sino
para alegrarse, sí para enorgullecerse: de las más de 50 millones de mexicanas
que somos, muy pocas lo tienen.
Un
poco molesta por el rumbo que estaba tomando la plática dijo:
De
esta manera a Chinta no le gustaba realizar ningún trámite legal; porque eran
las únicas veces que le decían Eulalia y poco faltaba golpear a la persona que
lo mencionara.
-Si
tanto te molesta tu nombre; porque no averiguas si existe la posibilidad de
cambiarlo.
-No
había pensado en eso, pero creo que es una buena solución
Empezó
a recorrer varios juzgados para preguntar qué podía hacer al respecto y cuando
parecía que tenía que “cargar con su cruz” toda la vida, un juez se compadeció
de ella.
-No me importa que sólo lo tengan tres,
a mí me fastidia
De
esta manera a Chinta no le gustaba realizar ningún trámite legal; porque eran
las únicas veces que le decían Eulalia y poco faltaba golpear a la persona que
lo mencionara.
-Si
tanto te molesta tu nombre; porque no averiguas si existe la posibilidad de
cambiarlo.
-No
había pensado en eso, pero creo que es una buena solución
Empezó
a recorrer varios juzgados para preguntar qué podía hacer al respecto y cuando
parecía que tenía que “cargar con su cruz” toda la vida, un juez se compadeció
de ella.
-¡Por favor señor juez ayúdeme!
-Pero
Jacinta es un nombre que representa fuerza
-Será
de mucha fuerza, pero no es nada poético. ¿Ha leído o escuchado algún día, un
poema dedicado a alguna Jacinta?
-Tiene
razón
Le
dio cinco formas que tenía que llenar por triplicad; le pidió 10 copias de su
acta de nacimiento y la mandó a la caja a cubrir el importe del trámite.
Una hora más tarde regreso con el Juez
le señaló:
Como
mayor de edad que es, está en plenas facultades de hacer el cambio, pero sólo
recuerde, que es un paso trascendental, que se puede hacer sólo una vez en la
vida y no hay marcha atrás.
-Lo sé
-¿Cómo
se quiere llamar de hoy en adelante?
Chinta
guardó silencio unos cinco segundos y dijo convencida:
-¡Eulalia!
La Casa de Las Lunas
22:00
- 23:00 p.m.
14/XI1/2024
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