Para
Dianita
Que
me dio la idea del cuento
La vida es como un bolero musical
Memorias de un bohemio
Dicen que todos tenemos un doble en la vida; que es físicamente idéntico a nosotros como si fuera nuestro clon; un muñeco de cera hecho con nuestras fotos o un robot hecho a nuestra medida.
Aunque nosotros casi nunca nos topamos
con ese “doble” gente que nos conoce sí; y ha llegado a saludar a esa persona
como si se tratara de nosotros mismos.
Entonces a la persona confundida le
causa extrañeza que un desconocido lo salude, pero cuando se da cuenta del
motivo; esboza una ligera sonrisa y por lo general dice:
“No se preocupe”
Diana María
Guadalupe Soto Ponce y Alberto Manríquez Blanquet se conocieron a principios de
septiembre de 1984; cuando ambos coincidieron en el salón principal de la
Escuela de Periodismo “Carlos Septién García” para iniciar su carrera de
“Licenciado en Periodismo”
Desde ese primer
día se sentaron en bancas o pupitres que estaban uno al lado del otro y así lo
hicieron durante los cuatro años que duró su estancia en el recinto escolar y
como ninguno de los dos faltaba nunca; se llegaron a conocer a la perfección.
Esta cercanía hizo casi obvio y
automático que se juntaran para hacer en equipo la tesis con la cual
terminarían sus estudios; después de presentar el “Examen Profesional”
Esto provocó que se vieran casi diario
durante cinco años de 1984 a 1989; cuando en días consecutivos ambos
presentaron dicho examen; el cual por cierto ambos aprobaron.
Después se
frecuentaron un par de veces a la semana para averiguar qué día de 1990 les
darían su título; que los acreditaba como “Licenciados en Periodismo.
Después, aunque eran muy buenos amigos;
la vida los llevó por diferentes caminos y si bien les iba se frecuentaban una
vez al mes para tomar un café y platicar de lo que habían hecho.
Pero a partir de 1994 se dejaron de ver
y sólo se llegaban a comunicar esporádicamente por teléfono; hasta que a
finales de septiembre de ese mismo año ya no supieron más uno de otro.
El viernes 4 de
octubre del 2024; más de 30 años dela última ocasión en que se saludaron en
persona; al entrar a una papelería de su colonia ella se llevó la sorpresa de
su vida; cuando se encontró de espaldas con su amigo y compañero de salón y de
banca de mediados de los 80’s
Sin poder contener las ganas y la
emoción de saludarlo:
Diana María Guadalupe Soto Ponce
Le tocó el hombro y le preguntó casi
afirmando:
“¿Alberto!”
Alberto Manríquez Blanquet
Volvió la cabeza cuando sintió el
contacto de la mano y escuchó la pregunta y respondió:
“Me confunde señorita:
Me llamo Carlos”
Alberto tenía Alzheimer.
La
Casa de Las Lunas
22:00
– 23:00 p.m.
5/X/2024
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