Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 2 de junio de 2024

DEL OLVIDO AL NO ME ACUERDO (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Dicen que ella era muy bonita

Pero de verdad que ya no me acuerdo

Memorias de un desmemoriado


 Dicen y aconsejan los expertos en el tema que cuando a una persona se le empiecen a olvidar las cosas; anote todo en una libreta o lo ponga en su celular para que le sirva de memoria.


Esto va dedicado sobre todo a personas que tienen 60 o más años; aunque se llegan a dar casos en que una persona que tiene entre 35 y 40; empieza a tener problemas con su memoria.

         

Algo así como un pre-Alzheimer o si existiera un término médico para eso; se llamaría:

         

Alzheimer Juvenil

         

Irónicamente sus papás se quisieron poner muy originales al registrarlo y bautizarlo y le pusieron:

         

Olvido

         

Así: Olvido Fernández Muriel siempre sería recordado por los compañeros de escuela desde la primaria hasta la carrera; porque siempre platicarían que en su salón iba alguien que se llamaba:

         

Olvido

         

Por supuesto los juegos de palabras con su nombre eran muy comunes y se los hacían tanto profesores como alumnos:


“Fernández Muriel tú seguramente siempre recordarás tu nombre”

         

O cuando el profesor de matemáticas al verlo regresar al salón después de terminar la clase le preguntó:

         

“¿Olvidó algo compañero ídem?”

         

Como nadie o casi nadie, además de él se llamaba así; con el puro nombre y sin conocerlo ni siquiera en fotografía; todos pensaban que era mujer; porque como nombre propio suena femenino.

         

De esta manera por lo menos unas 20 veces desde primero de primaria; hasta el último semestre de la Universidad tuvo que aclarar que era hombre; porque al final de cuentas:


Olvido era un sustantivo masculino

         

Se tituló muy joven como “Licenciado en Derecho” y como era muy brillante; se convirtió en el mejor abogado penalista de la Ciudad de México; tanto que con apenas 40 años; ya tenía una considerable fortuna.

         

Con la poca memoria que le quedaba se metió a una casa de retiro para gente de la tercera edad y le pidió a un amigo que firmara como albacea en un fideicomiso que dejaba para pagar por el resto de sus días la mensualidad del lugar.

         

20 años después y con sólo 60; tenia una figura delgada, pelo totalmente canoso y se podría decir que un físico totalmente asexuado sin ningún rasgo exterior que indicara su género.


Una enfermera que tenía unos pocos días de haber entrado a trabajar a la casa; vio que en su piyama tenía grabado su nombre completo y le preguntó a:

         

Olvido Fernández Muriel

         

Ya con un avanzado síntoma de Alzheimer:

        

“¿Es usted hombre o mujer?”

La Casa de Las Lunas

22:0023:00 p.m.

1/VI/2024

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