Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 20 de febrero de 2022

CUQUITA (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Mi edad sí se las digo; porque no es mi culpa:

Mi peso no: Porque sí es mi culpa

Papa Francisco


Las casas de retiro o reposo para adultos mayores de 60 años; son lugares donde viven las 24 horas del día (Estancia permanente) o permanecen en ellas ocho horas (Guardería) personas que por alguna razón; no pueden estar solas.


De esta manera los familiares de estos “abuelitos” los dejan ahí porque por diferentes razones; no pueden tenerlos en casa y cuidarlos o estar atentos a ellos las 24 horas.

         

Por lo general son los hijos los que toman esta decisión; aunque también existen hermanas que lo hacen y dejan al cuidado de estas casas a sus:

        
Papás, mamás, hermanos o hermanas


que tienen una discapacidad física, intelectual o mental y requieren el cuidado especializado de enfermeras y cuidadoras que estén pendiente de ellos en todo momento.

         

Así era:

         

La Casa de Los Soles


que tenía en entre sus residentes a gente entre 65 y 95 años. La mayoría vivía ahí y sólo “Cuquita estaba de “Guardería”

         

El horario que permanecía en la casa era de 11 de la mañana a siete de la noche. Tenía 75 años y estaba en silla de ruedas; se le entendía lo que hablaba y a pesar de no estar 100 por ciento consciente; todavía daba respuestas coherentes cuando le preguntaban cosas específicas.

         

El viernes 19 de febrero cuando estaba en el patio de la entrada empezó a repetir:

         

“Me suben por favor”

         

Las enfermeras y cuidadoras no les hacen caso de inmediato; porque suelen ser palabras sin razón o que quieren decir otra cosa de lo que realmente desean.


Pero a la repetición número 20 de:

         

“Me pueden subir por favor”

        
El encargado del almacén que se encontraba en la oficina que se encontraba a unos pasos donde estaba Cuquita; le fue a decir a una de las enfermeras; para que la subiera a la sala con los demás residentes.

         

Como todavía podía caminar algunos pasos; la subió con cuidado las escaleras para sentarla en uno de los amplios sillones de la estancia para se sintiera más tranquila.


A los dos minutos que la habían dejado cómodamente instalada:

         

Cuquita empezó a repetir:

         

“Me pueden bajar por favor”

La Casa de Las Lunas

22:0023:00 p.m.

19/II/2022

1 comentario:

LALO dijo...

Interesante tu cuento Oliver!!