Los padres no deben ni pueden ser
amigos de sus hijos
Don
Cruz Treviño Martínez de la Garza
Con respecto a
los amigos y la amistad se han escrito tantos libros; hecho innumerables
programas de radio y televisión; infinidad de películas; que se tendrían que
realizar varios libros, sólo para poner el título de los mismos.
Entre los
infinitos apartados que tienen ambos temas, dos de los más interesantes son:
Los padres no deben ser amigos de sus
hijos y:
Es normal que los niños hasta cierta
edad, tengan amigos imaginarios
Ernesto Mediana Gómez a sus cinco años
era un niño muy imaginativo al cual le gustaba inventar muchos mundos y
situaciones, que sólo existían en su mente.
Al principio su
mamá Carlota no le daba mucha importancia a este hecho, porque pensaba que eran
cosas de la edad y se le quitaría con el paso del tiempo.
Con agrado comprobó que con la llegada
de los meses, cuando se acercaba a su cumpleaños número seis, Ernesto se
conectaba más con la realidad.
Por supuesto Carlota no pensaba que su
hijo estaba loco ni nada por el estilo, pero a veces le desesperaba que su hijo
se comportara como si estuviera en un cuento de hadas o una película de
animación.
Para festejar
que el pequeño regresaba a la normalidad, su fiesta a lo grande en un salón
infantil, que se encontraba muy cerca de su casa y podrían irse caminando.
Había muchos niños compañeros de su
escuela y otros que eran hijos de sus las amigas de Carlota. Eran alrededor de
50 chamacos “divirtiéndose de lo lindo”.
Cuando llegó la hora de partir el
pastel, después de la actuación del mago que venía incluido en la renta del
salón, junto con algunos adornos y juguetes:
El festejado de
dijo a Carlota:
“Mi papá está muy enojado porque no lo
invitaste a la fiesta”
Al oír esto casi “Suelta las lágrimas”,
porque era madre soltera y porque para:
Ernesto Medina Gómez:
El padre era su nuevo amigo imaginario.
La Casa de Las Lunas
22:00
– 23:00 p.m.
6/XII/2020
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