Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 10 de noviembre de 2019

EL APOSTADOR (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Te  apuesto  a  que  puedo  dejar  de  jugar
Oído  en  PlayCity

Los vicios y las enfermedades se parecen mucho, tanto que los especialistas en el tema, afirman que en vez de juzgar a las personas que los tienen, deberían invitarlos a los rehabilitarse.

Quizá los dos vicios/enfermedades más comunes son el:

Alcoholismo y la Ludopatía

Que es la adicción a los juegos, en particular a los llamados 

“Juegos de azar”
         
Cuentan las “Leyendas urbanas” que este tipo de jugadores han perdidos millones de pesos; ranchos, residencias y hasta apostado a una o más de sus hijas.
         
Un escalafón más abajo se encontraba Alfonso Mares Escalona, que también era un jugador compulsivo y en una “sentada” podría perder hasta 20 mil pesos.
         
El mayor problema de él, es que cuando ya no tenía dinero para seguir apostando, tomaba objetos de su esposa e hijo, para llevarla a cualquier casa de empeño.
        
Televisiones, DVDs, relojes, laptops, electrodomésticos…

en fin, nada estaba seguro cuando a Alfonso le entraban deseos irrefrenables de jugar, cuando ya no tenía efectivo para hacerlo.
         
Como su esposa e hijo casi no le dirigían la palabra, no tenía como pedirles dinero para ir a un “PlayCity” o a otro lugar de apuestas que había en Cuévano  (1)
         
Para sorpresa de ellos, su esposo y padre, había controlado sus ansias o manía de apostar y por lo tanto, dejo de empeñar las cosas que les pertenecían a ambos.
        
De esta manera hubo un “Tiempo de gracia” en la familia Mares Mendoza y los tres pudieron convivir sino es “santa paz”, si con cierta normalidad.
         
El sábado 9 Rafael organizó una reunión e invitó a sus amigos. Uno de ellos le preguntó en dónde podía dejar “cargando” su celular y le dijo que en la cocina.
         
Cuando Rafael fue por un vaso de agua, se llevó una sorpresa desagradable, al ver que había desaparecido el teléfono de su amigo. Sin titubear fue directamente con su papá y le dijo:
        
-Dame el celular que tomaste de la cocina
         
Con una tranquilidad y cinismo asombrosos, lo sacó de donde lo tenía guardado y antes de devolvérselo:
         
Alfonso Mares Escalona indicó:
        
-Lo agarré porque hubiera apostado que…
         
Era mi regalo anticipado de Navidad.
         
(1).-  Ciudad  inventada  por  el  escritor  Jorge Ibarguengoytia

Sala de la Casa de Danne
22:00 – 23:00
9/XI/2019

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