No confundas las enchiladas con los chilaquiles
Oído en el Vips Niza
Como maestro de preparatoria Ernesto Cardenal Ramírez había tenido toda clase de alumnos,
incluyendo por supuesto los infaltables estereotipos que se repiten curso con
curso.
De
esta manera siempre tuvo en una de sus clases a:
La bonita, el guapo, la
coqueta, el conquistador, la inteligente, El “cerebrito”, la talentosa, el
“matado”, la gorda, el gordo, la fea, el feo y al “Simpatías”.
Aunque de vez en cuando se
le aparecían estudiantes diferentes, que por alguna característica en
particular, los hacían inolvidables para Ernesto, sin importar que fueran
cientos.
Por ejemplo se llegaba a
topar con una alumna que además de ser muy bonita, agradable y encantadora;
resultaba inteligente y con excelentes calificaciones.
También el compañero (como les gustaba decirles) que con el tiempo se
convirtió en el gran amigo, con el cual aún sigue compartiendo muy gratas
tardes en algún vips de la Ciudad de México.
También el compañero (como les gustaba decirles) que con el tiempo se
convirtió en el gran amigo, con el cual aún sigue compartiendo muy gratas
tardes en algún vips de la Ciudad de México.
Estos iban desde:
Natalie Natalia, hasta
Márilin Monroy, pasando por Rosita y Jimmy y deteniéndose en Gloricarmen.
Tampoco faltaron las:
Penélopes, Alfonsinas o
Artemisas
y por ahí se coló hasta un Eleno.
En fin casi cualquier
nombre masculino, femenino o neutro que pasara por la “calenturienta”,
imaginativa y perversa y hasta morbosa mente de los progenitores.
Así Cardenal a veces tenía
que aguantarse la risa a la hora de pronunciar uno de esos apelativos, que de
tan exóticos, en muchas ocasiones eran hilarantes.
Un día que tuvo que ir al
Archivo Judicial del Distrito Federal ubicado en Niños Héroes, se encontró con
una ex alumna con la que siempre se llevó bien.
Como ella tenía que volver
al trabajo, le dijo a su ex profesor que si la necesitaba, la buscara en el
interior del Archivo donde se encontraba su oficina.
Cuando solicitó su ayuda
le dijo con sinceridad:
-Se me olvidó cómo te
llamas, sólo me acuerdo que tienes un nombre raro.
-¿Según usted cuál es?
-Ramona
Se puso muy seria y casi a manera de
reclamo le dijo a:
Ernesto Cardenal Ramírez:
-¿Qué pasó profesor así
nos llevamos?
-Me llamo Felipa.
McDonald’s
San Juan de Aragón
17:00 – 18:00 p.m.
24/III/2018
1 comentario:
Jeje pero que memoria profesor jeje y eso que no uso diminutivos
Publicar un comentario