La
peor maldad es
la de las
mujeres inocentes
Chabelo
A principios de
los 80’s se hizo muy popular una frase en la Ciudad de México:
“A nadie se le
niega un vaso de agua; ni un boleto del metro”
Pero cuando
subió a cinco pesos; se tuvo que borrar para siempre lo del boleto; ahora casi
nadie regala uno porque los tenemos contados y cuándo alguien nos pide uno; nos
hacemos los desentendidos.
Ahora la
práctica más común entre los usuarios de este transporte colectivo; es comprar
exactamente los que se van a usar ese mismo día; ni uno más ni uno menos por lo que nunca
sobran.
Susana Velázquez
León y su hija Alicia Méndez Velázquez habían aprendido a vivir solas
desde hace cinco años; desde que “El hombre de la casa” falleció en un
accidente de tránsito cuando regresaba de trabajar.
“Contra viento y marea” pudieron
subsistir en esta “Ciudad de sobrevivientes”
y “Para bien o para mal” les llegaba con una nueva ilusión para empezar
su día con una sonrisa.
Le enseñó a Alicia a enfrentar la vida
diaria con optimismo; diciéndole que por
ningún motivo “bajara los brazos” porque ella siempre estaría ahí para
apoyarla.
La vida en el Distrito Federal resultaba
muy difícil para dos mujeres solas sobre todo si no tenían una profesión como le sucedía a este
par; que aún así, no se daban por vencidas tan fácilmente.
Susana trabajaba
como costurera en uno de los tantos talleres donde las explotan como a los
esclavos negros que trabajaban en las minas en la época de la Colonia; con
sueldos bajísimos y sin prestaciones.
Casi siempre a
la final de la quincena no contaban con dinero. Ya solo tenían lo básico para
esperar el siguiente pago. Así era desde hace un lustro, pero a los 60 años;
Susana no podía aspirar a un trabajo mejor.
Alicia de 40
estaba imposibilitada para trabajar; debido a que padecía una rara enfermedad
que la hacía dormir a cualquier hora y por eso dependía por completo de su
madre.
Un día que
habían ido al Centro; al regresar al metro, Susana se dio cuenta que nada más
tenía un boleto y cinco pesos para comprar
otro para irse a trabajar al día
siguiente Al ver la angustia de su
progenitora, para tratar de ayudarla:
Alicia Méndez
Velázquez a sus 40 años
Le dijo:
“Si quieres me paso por debajo de los
torniquetes”
Comedor de la Casa de Dacne
22:00 - 23:00
p.m.
19/XII/2015
1 comentario:
Muy ciertamente Caballero pero es mas preocupante con las tarjetas en la línea 12, cuando fui no pude comprar boleto si no que tuve que pedirle a un amable joven me prestara su tarjeta para pasar y si me daban ganas de pasarme por debajo pero había vigilancia
Publicar un comentario