Para Roberto
Ramírez Garza
(Beto “El Boticario”)
“¡Eres grande
Magazo!”
Yo sólo quiero que ustedes me
quieran
Sergio
Gustavo Andrade Sánchez
La tristeza, desolación y desesperanza
se habían apoderado del ánimo de Horacio Fernández Domínguez y en estos
momentos de su vida se encontraba “En medio de la nada”.
Le gustaba mucho su trabajo y era muy
bueno en lo que hacía; sin embargo, la monotonía y la rutina de realizar lo
mismo todos los días, empezaba a “Pasarle la factura”.
Admirador de
“Los Beatles” a veces se sentía como el personaje de la canción compuesta por
Paul McCartney:
“El tonto de la colina”
sobre todo en la
primera estrofa:
“Día tras día
Solo en la colina
El hombre de la tonta sonrisa
Está completamente inmóvil
Pero nadie lo quiere ver
Ellos saben que nada más es un tonto
Y él nunca da una respuesta…”
Pero al vivir en
la Ciudad, donde se practica el llamado “Capitalismo salvaje”; la premisa es;
Clara, sencilla y contundente:
“El que no
trabaja no come”
Le quedaban dos opciones que él sabía
que nunca llevaría a cabo y que eran muy parecidas:
Suicidarse o
irse a provincia
La segunda sería
peor que la primera, porque lejos de su querida y entrañable Ciudad de Wendy
González Salinas; resultaría un “Muerto en vida” como los zombis de las
películas de terror de bajo presupuesto.
Esa era la vida
de Horacio al abrir los ojos a las 7:00 a.m. del domingo 3 de mayo del 2015 y
por primera vez en su vida laboral, dudo un instante en seguir acostado o irse
a trabajar.
A pasar del
contexto en que se encontraba:
Acostado, en
bermudas, con barba de un día y nada presentable en el momento más decisivo de
su vida, desde el primer día que entró a primero de primaria.
Se quedó mirando
el techo por cinco minutos en los que repaso toda su existencia en este mundo: Desde su feliz infancia; pasando
por su tranquila adolescencia, hasta el día de hoy; 30 años después:
Horacio
Fernández Domínguez
Se levantó de la
cama, rasuró, bañó y vistió para irse a trabajar:
Era payaso en un
restaurante.
Sala de mi casa
22:00 - 23:30
p.m.
2/V/2015
2 comentarios:
Jajaja muy bueno; refleja la realidad de lo que pasa, sino te levantas a trabajar no comes, es tan cierta esa premisa. Excelente cuento, por cierto feliz día de Santa Cruz!!!
Muy cierto Caballero pero a veces te ganan los malos ratos de no verle sentido a la vida y es cuando vienen las reflexiones pero uno decae, se levanta y sigue el paso, y si se estanca luego vienen circunstancias ajenas... saludos
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