Para
Bertha
Barragán Cruz
Porque
es una Atlantista
que vive en
Cancún
Ojos que no
leen; cerebro
que no siente
Cuauhtémoc
Blanco Bravo
Es
de todos conocido que México es un país de “Analfabetas funcionales” que sólo
saben: Leer, escribir y hacer cuentas básicas, para sobrevivir, parafraseando
al Abuelo Geno:
“Día
a día”
Encontrar
a una persona que leyera por lo menos cuatro libros o 400 páginas de
literatura, al mes es un verdadero milagro, que se da muy de vez en cuando.
Por
tal motivo cuando veían leer a Bertha Barragán Cruz se la gente se sorprendía doblemente, porque
además era una lectora asidua, de esas que no existen.
Ella
rebasaba y por mucho el promedio de libros que lee un profesionista,
medianamente interesado en lo que pasaba en nuestro país y en el mundo.
De
esta manera Bertha analizaba mínimo cuatro tomos al mes de diferente temática,
Lo único que le interesaba era que fueran de literatura:
Cuentos,
ensayos, novelas, biografías, autobiografías, poesía, etcétera.
Así
una estampa común para sus amigos y conocidos era verla caminar con soltura por
la calle y sobre todo con un libro en la mano, los cuales era obvio, sí leía.
La
extensión del libro era lo de menos. Para ella lo fundamental era el contenido,
tampoco le importaba el tamaño de la letra, porque hay algunos con una
tipografía muy pequeña.
Un
día de tantos Bertha decidió irse a vivir a Cancún, porque quería conocer y
estar cerca del Mar. Sus amigos la quisieron convencer, que no se fuera, pero
no lo lograron.
Le
insistieron que querían estar cerca de ella, para que acudiera a ellos cuando
lo necesitara a cualquier hora del día o de la noche, como hasta ahora. lo
habían hecho.
El
sábado 15 de marzo del 2014, se bajó del avión que la trajo desde la Ciudad de
México. Hizo el papeleo correspondiente; salió a la calle; abordo un taxi y le
pidió a un sorprendido chofer, que la llevara a la playa.
Llegó
a su destino; descendió del automóvil; se quitó las chanclas; sintió casi al
mismo tiempo la arena y la brisa y con la novela:
“Pobre
Patria Mía” de Pedro Ángel Palou
Bajo
el brazo, se sentó a la orilla del mar: Lo abrió en la página que se había
quedado la ´última vez y siguió su lectura:
Bertha
Barragán Cruz era ciega.
El
Portón Plaza Eduardo Molina
17:30 - 18:30
15/III/2014
1 comentario:
Wow... me sorprendió el final!! Muy buen cuento rápido de verdad!
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