Este blog fue creado pensando en Dacne y está dedicado a Wendy González Salinas

domingo, 16 de marzo de 2014

LECTURA RÁPIDA (CUENTO) Por Carlos Bernal Romero

Para  Bertha Barragán Cruz
Porque  es  una  Atlantista  que  vive  en  Cancún

Ojos  que  no  leen;  cerebro  que  no  siente
Cuauhtémoc Blanco   Bravo

Es de todos conocido que México es un país de “Analfabetas funcionales” que sólo saben: Leer, escribir y hacer cuentas básicas, para sobrevivir, parafraseando al Abuelo Geno:

“Día a día”

Encontrar a una persona que leyera por lo menos cuatro libros o 400 páginas de literatura, al mes es un verdadero milagro, que se da muy de vez en cuando.

Por tal motivo cuando veían leer a Bertha Barragán Cruz se  la gente se sorprendía doblemente, porque además era una lectora asidua, de esas que no existen.

Ella rebasaba y por mucho el promedio de libros que lee un profesionista, medianamente interesado en lo que pasaba en nuestro país y en el mundo.

De esta manera Bertha analizaba mínimo cuatro tomos al mes de diferente temática, Lo único que le interesaba era que fueran de literatura:

Cuentos, ensayos, novelas, biografías, autobiografías, poesía, etcétera.

Así una estampa común para sus amigos y conocidos era verla caminar con soltura por la calle y sobre todo con un libro en la mano, los cuales era obvio, sí leía.

La extensión del libro era lo de menos. Para ella lo fundamental era el contenido, tampoco le importaba el tamaño de la letra, porque hay algunos con una tipografía muy pequeña.

Un día de tantos Bertha decidió irse a vivir a Cancún, porque quería conocer y estar cerca del Mar. Sus amigos la quisieron convencer, que no se fuera, pero no lo lograron.

Le insistieron que querían estar cerca de ella, para que acudiera a ellos cuando lo necesitara a cualquier hora del día o de la noche, como hasta ahora. lo habían hecho.

El sábado 15 de marzo del 2014, se bajó del avión que la trajo desde la Ciudad de México. Hizo el papeleo correspondiente; salió a la calle; abordo un taxi y le pidió a un sorprendido chofer, que la llevara a la playa.

Llegó a su destino; descendió del automóvil; se quitó las chanclas; sintió casi al mismo tiempo la arena y la brisa y con la novela:

“Pobre Patria Mía” de Pedro Ángel Palou

Bajo el brazo, se sentó a la orilla del mar: Lo abrió en la página que se había quedado la ´última vez y siguió su lectura:

Bertha Barragán Cruz era ciega.

El Portón Plaza Eduardo Molina
17:30  -  18:30
15/III/2014

1 comentario:

martukish dijo...

Wow... me sorprendió el final!! Muy buen cuento rápido de verdad!